Descargandome...contigo ( priv Bel )

Era ya la tercera semana desde que Xanxus había desaparecido sin dar ningún tipo de explicaciones. El peliplata había intentado hacer entrar en razón a sus compañeros para tomar el mando de varia en su ausencia, para adelantar el trabajo y el papeleo que el jefe había dejado por hacer, pero no hubo forma de lograrlo, esos tipos disfrutaban de hacerle rabiar a como diese lugar y lo conseguían...vaya si lo conseguían.

Hastiado como siempre, sin misiones que cumplir y faltando quien diese las ordenes, Squalo había bajado a las salas de entrenamiento, concretamente a la que usaba de modo privado o para entrenar a algún nuevo espadachín y llevaba ya varias horas acuchilando sin piedad cn su espada a los torsos que alí habían, que se disparaban de pronto contra él con un complicado mecanismo. Parecía preso por la rabia y la impotencia, aquello simplemente no era justo, todo iria mejor con él al frente, pero por más que lo intentaba, no lograba nada con esa panda de incompetentes.

Si los tuviese delante en ese momento, no duraría en cortarlos a todos en pedacitos, le daba igual que fuesen la élite de varia , los mejores asesinos de mundo, en ese momento quería deshacerse de ellos del modo más cruel posible...por eso mismo se bajó a entrenar frenéticamente, seguro que después de descargar toda esa rábia se sentía mejor y podía lidiar un día más con ellos. Agotado cayó al suelo entarimado, llevaba ese día solo un pantalón de deporte, ni zapatos ni camisa y el cabello recogido y era mejor así, porque estaba bañado en sudor.

Pero no era suficiente, aunque estaba cansado, cada vez que recordaba la sonrisa de esos imbéciles, burlandose de él por querer tomar el mando, las ganas de asesinar aumentaban, asi que volvía a clavar la espada en el suelo y se levantaba de un salto, cortando en do con n fugaz movimiento otro de esos postes con forma humana, uno tras otro, hasta que ya no quedaba ninguno entero...tendría que encargar más para proximos entrenamientos.

Y buscaba a Squalo, por mucho que le costara de admitir si no estaba el peliblanco se aburría muchísimo en ese castillo tan grande, el único que tenía sentido de humor (o por lo menos lo que era sentido del humor para Belphegor) era él. Y no podía estarse ni siquiera un día sin que el otro le gritara o le pateara como solía hacerlo, y no lo había vuelto a ver desde aquella reunión que tenían que ordenar no se cuantos papeles... ni se acordaba. Pues eso, que no lo encontraba por todo el castillo y decidió ir a la sala de entrenamiento, era la única zona que faltara y a no ser que el peliblanco hubiese salido a la ciudad tendría que estar allí, sí o sí.

Iba vestido con una camiseta azul clara con rayas negras y sorprendentemente unos tejanos normales ya que sus pantalones de cuero negro se le habían acabado y estaban lavándose, se sentía tan incómodo así... Llegando a la sala escuchaba golpes, cortes y toda clase de ruidos violentos bruscos que eran identificativos de Squalo. Abrió la puerta y... tenía razón, estaba allí el peliblanco medio desnudo y parecía cansado, el príncipe también estaba cansado de haber caminado por el ENORME castillo de los Varia.-Ushishishi....Hola.- cerró la puerta y se apoyó en esta misma, tenía una mano levantada que saludaba al mayor... por su cara no parecía estar de buen humor, aunque bueno, le gustaba encontrarse con él cuando estaba en ese modo.

Bel solía bajar poco allí... solo cuando tenía una nueva estrategia en la mente con su ''jueguecito'' de los cuchillos, bueno, él prefería probar sus ataques en personas que en muñecajos, esas cosas no chorreaban sangre, y eso hacía que perdieran muchos puntos para el gusto de Belphegor.

Había parado un momento, jadeante y de espadas a la puerta, ahora se sentía más relajado, pero aún pensaba que si se encontraba con alguno de los otros varia de vuelta a su cuarto, se lo cargaría sin dudarlo, ya fuese de la élite como cualquier otro oficial de rango inferior.

En esas estaba, notando como su pulso comenzaba a volver a la normalidad cuando escuchó la puerta cerrarse tras de sí. Volteó y allí estaba, ese que se hacía llamar príncipe, genio...pff, no era más que un crio estúpido y engreido.- Vrooooei!! Qué puñetas quieres, escoria?!! - le espetó desde donde estaba, a varios metros de él, blandiendo su espada con ira.

- Desaparece de mi vista o te juro que te corto en pedacitos tan pequeños que no habrá forense que pueda identificar tu cadaver!! - Su voz resonaba con eco en aquel gran lugar, que era parecido a un gimnasio de escuela. Le clavó la mirada, pero no dió ni un paso hacia él, o de verdad que se lo cargaría...prefería matarse a entrenar un poco más, no quería sermones de nadie por eliminar a un compañero por simple capricho.

Ni siquiera se esperaba que nada más entrar tuviera que soportar los gritos del peliblanco... se sentía extraño y algo molesto ya que el príncipe no había hecho absolutamente nada esta vez y por una vez que no le molestaba y que no había motivos para gritarle pues vaya. Siempre le había gustado que Squalo le tratase así de ''mal'' porque se sentía atendido de alguna manera por él, pero vaya... ¿Ahora que coño pasaba?- Parece que estás de mal humor.- se cruzó de brazos sin moverse del sitio.-Simplemente me aburría y te estuve buscando.- dijo sin más ignorando la amenaza del mayor.

¿Cuantas amenazas podría contar a lo largo de su vida? Todas con un único destino, la muerte... pero en cambio seguía allí, estaba acostumbrado a que Squalo fuese un perro ladrador y no mordiera, le hacía gracia ese comportamiento tan histérico e impulsivo-Te estuve buscando por todo el castillo.- comentó llevándose una mano debajo la chaqueta por si acaso a Squalo se le cruzaban los cables, así por lo menos podría contraatacar.

A veces no entendía como el peliblanco podía usar una espada, esa arma significaba cuerpo a cuerpo y no era para nada de uso inteligente, para Belphegor esa arma era muy violenta y nada artística a la hora de matar y también una forma muy rápida. Sin duda nunca cambiaría sus cuchillos con hilos para nada del mundo, disfrutaba demasiado viendo como sus presas morían lentamente desangradas y llenas de cortes a más no poder, era interesante ver como se desesperaban al no poder ver la trampa del príncipe destripador.

-¿Subirás a cenar?- preguntó ladeando la cabeza.

¿ Pero qué demonios pasaba con este crio? , ¿ Es que no entendía cuando le echaban de algún lugar? Lo peor de todo era que a todos les daba igual ....todo. No importaba lo qe Squalo dijese, ni que se enfadase porque las cosas no marchasen bien, para ellos todo era anrquía y diversión a todas horas y eso, para alguien disciplinado como Squalo Superbia, era algo simplemente imperdonable...pero si solamente el idiota de Levi se ponía el uniforme corractamente!

- Me trae sin cuidado que te aburrieses! Ve a molestar a otro, mocoso! - Le bramó dandole la espalda y dirigiendose a algunos de esos monigotes sin vida, colocandolos de pie de nuevo, los que estaban mas o menos enteros, claro. ¿ Qué se creía el supuesto principito? Squalo no era su bufón personal, ni mucho menos! Prefirió ignorarlo, seguro que se cansaba y se largaba si se aburría.

Pero parecía que no se aburriría tan facilmente, eso o que el tiburón de verdad que tenía paciencia totalmente nula.- Vroooooeii!! Que no!! No pienso subir a cenar! paso de que me entren arcadas mirandoos las caras a todos! - le bramó por ultimo volteando y lanzandole al menor un trozo de madera hastillado, que simplemente golpeó la pared que estaba a un lado del chico.- Ahora lárgate! No pienso soportarte aqui ni un minuto más!- Ahora verdaderamente molesto, se posicionaba como si fuese a cargar contra él a espadazo limpio.

Y de nuevo, con los gritos estridentes sin sentido. Bel sonrió e incluso se le escapó una risita gracias al comportamiento que le parecía tan estúpido de Squalo.-Estás haciendo el ridículo.- lo dijo en voz bien alta, para que se le escuchase bien y el peliblanco pudiera captar todas las palabras ¿Que límites tendría el enfado del espadachín? Sería muy interesante comprobarlos.-Eres demasiado impaciente.- volvió a reír con ganas.

El príncipe no llevaba ni cinco minutos allí y ya estaba con esas, no entendía el porqué del enfado del mayor. Ni siquiera se movió cuando el peliblanco le lanzó ese trozo de madera, pero sí que sacó sus cuchillos, cinco en cada mano.-A mi no me vengas con esas, joder.- ¿Tenía que aguantar que el otro que para Belphegor era de rango inferior le dijera mocoso y todas esas cosas? No, por supuesto que no. Incluso un verdadero príncipe no dejaría ni que sus inferiores le miraran a la cara, y encima que permitía eso le perdían más el respeto... era irritante.

No esperó a que el peliblanco atacara, y el rubio no iba a salir de esa sala porque quedaría como un cobarde y perdedor, y los príncipes nunca perdían eran los números unos en todo, sea cual sea la materia y aunque sabía que Squalo tenía mayor fuerza física (y más mala hostia) no iba a abandonar un combate que era noventa y nueve por ciento seguro que empezaría. Belphegor arrojó un cuchillo que iba directo al peliblanco y los nueve restantes los lanzó a diferentes zonas de la sala, clavandose en el techo y en el suelo, no tenía ninguna estrategia pensada... ¡pero era el genio de los Varia! ya le vendría algo en mente.