Tranquilidad~ [Libre~]

Los exámenes acababan de terminar y todos los alumnos en la escuela estaban ya recogiendo sus respectivas mochilas para partir a casa de una vez, todos menos él, que proseguía caminando de aquí para allá por el instituto revisando clase por clase para ver que ninguno de aquellos herbívoros, como él los denominaba causara estragos en aquella su escuela.

Pero todo parecía estar en calma, los alumnos, temerosos, callaban instantáneamente ante la presencia del lider del Comité Disciplinario, que les observaba como si no fueran mas que simples insectos, tras haberse cerciorado de que todo estaba en calma, caminó a paso lento y pausado hacia el único lugar dodne tendría un poco de paz, la azotea, seguido por su inseparable ave que parecía recelosa en todo momento de separarse de su amo, abrió la puerta con movimientos algo perezosos para llegar a aquel lugar desierto, y lanzar al aire un pronunciado bostezo nada mas cerrar dicha entrada, Hibird revoloteó por la zona, reconociéndola como tantas otras veces y se posó sobre la valla mirando al prefecto con curiosidad, ladeando la cabeza.
-Hibari, Hibari~- dijo con voz aguda y cantarina mientras el prefecto se deshacía de la chaqueta que llevaba a los hombros para dejarse caer agotado sobre el suelo de aquel lugar, acomodándose con los brazos tras la nuca, alli, donde estaba convencido nada ni nadie podría interrumpir su sueño.

Bostezó de nuevo llevándose una mano a la boca y el plumífero animalito revoloteó hasta él para acomodarse entre los cabellos azabaches del menor y cerrar lentamente sus ojitos, como acompañando al prefecto en su sueño.
Hibari la imitó lentamente cayendo en una duermevela que al poco se transformó en un profundo sueño del que era mejor no despertarle si no se quería morir mordido.
Pero ningún loco se atrevería a entrar en el territorio del moreno.
O eso pensaba Hibari Kyoya~

Hoy el primer guardián de la lluvia mongola tenia ganas de visitar a sus amigos Alaude y Kunkcle que por lo visto ellos aparecieron en aquel lugar durante las pruebas. Andando por el colegio en silencio para que nadie le viera y bien el cartel de boxeo pero al asomarse solo vio a jóvenes chicos que se preparaban para realizar dicho deporte. Al ver que no estaba allí su amigo del sol se fue a investigar dentro de las aulas. Tiempo paso y no los encontró, algo decaído por no encontrarlos subió a la azotea encontrándose con el sucesor de la nube, sonriendo dulcemente al ver que estaba durmiendo placidamente