Las dos princesas en la zona comercial

Caminaba alegremente, mejor dicho, correteaba, tirando de la manga de Himeko, a la vez que chillaba emocionada.

-¡¡Es ahí!! ¡Esa es la tienda que te dije! ¡Entremos, vamos!- Una tienda con todo tipo de ropa, sorprendentemente a muy buen precio, de muchos estilos, temporadas, colores y convinaciones- Kyaa! ¡Un dia de chicas, será genial! Despues de esto vayamos a comer a la pastelería, si??

La hacía correr detrás de ella de un lado para otro, era aquel dia que se consentía sus caprichos, con lo cual abía estado ahorrando para arruinarse en ropa, cosas bonitas y dulces.

Comenzó a rebuscar entre montones de ropa, mirandose en el espejo asi por encima, desechandolas y agarrando otras.

-¡Mira, seguro que esto te queda perfecto! - Dijo acercandose para tenderle una camisa de rayas blancas y rosas- ¡Con una falda bonita y unos zapatos adorables pareceras una verdadera princesa!

No sabía cuanto iba a durar ese endemoniado disfraz, eso sí, por lo menos no se aburría... siguiendo su plan había empezado a construir una amistad con dos jóvenes del instituto donde el décimo estudiaba. Haru y Kyoko, el comportamiento de ambas para el príncipe era extraño, muy extraño teniendo en cuenta que él jamás había ido a un instituto y a pesar de que tenían más o menos la misma edad sus personalidades eran muy distintas, y le chocaba un poco verlas a ambas tan... agradablemente y odiosamente sencillas.

Ahora tenía el aspecto de una chica delgada con cabello muy corto y rojo, bastante atractiva de rasgos faciales. Después de todo era una ilusión que se le ajustaba, ya que le encantaba ese nuevo aspecto (aunque obviamente prefería el suyo mil veces antes)-ishishishi...- reía en voz baja al ver a su compañera morena correr tan ilusionada, aunque no quisiera admitirlo, le divertía esa chica.

-¡Donde quieras Haru-chan!- contestaba a la idea de la pasteleria, se le hacía apetecible.

No estaba acostumbrado a ir de compras, y menos con una chavala tan... energética. Siempre muy cerca de la otra miraba prendas hasta con verdadero interés. No pudo evitar dar un respingo cuando la otra se le acerco con la camiseta a rayas, realmente era bonita.-Es sorprendente como sabes mirar cosas que me quedan bien y que me gustan...- sonreía mirando a las prendas de su alrededor y tomando una camiseta veraniega de tirantes color verde y con unos bordados adorables.-Te quedaría bien a ti esta...- murmuraba enseñándosela, entretenido.

-¡Últimamente todo el mudno le dice Haru que es sorprendente! - dijo riendo. En aquel momento Himeko, Bianchi en las clases de cocina, Kyoko-chan en cuanto al doble fondo en el estomago para pasteles, Reborn cuando la pilló escondida a las tres de la mañana a pesar de lo que segun le dijo el bebé eran trampas y minas por toda la casa… -¡Haru-san es una chica increible que se esforzará para ser una esposa increible!

Se miró la camiseta en el espejo. Si que parecía quedarle bien. Con un bonito básico debajo, un collar y unos leggins podía ser asombrosa. ¿Se fijaría Tsuna-san en ella vestida con esa camiseta?

-Tu tambien tienes muy buen gusto, crees que convinaria con…?- Le contó sus planes mentales, sin omitir la pregunta sobre Tsuna, algo sonrojada- Si a Tsuna-san le gustara sería el doble de genial… ¡Hahi! ¡Que vergüenza! -dijo tapandose el sonrojo, moviendose de un lado para otro.

Sonrió ampliamente y continuó mirando otras prendas de ropa sin dejar de escucharla, a veces se le hacía un poco pesada pero cuando se callaba llegaba a echar de menos la voz aguda de la morena. Cuando dijo las últimas palabras, ladeó un poco la cabeza, mirándola.-Estarías aún más bonita de lo que ya estás.- contestaba halagandola, queriendo ver como se emocionaba.

-Aunque si quieres sorprenderle podrías ponerte algo sexy para que se le saltaran los ojos cuando te mirara.- bromeaba posando un dedo sobre sus propios labios, haciendo darle un aspecto pensativo y como si lo estuviera diciendo en serio.-Después de todo es un chico...- seguía hablando entrecerrando los ojos y mirándola fijamente.

No entendía como podía estar tan estúpidamente pillada del capo... después de todo era un niño sin nada de atractivo, flojucho, pequeño y bastante inútil. Aunque en fin, las adolescentes de hoy en día eran muy extrañas.

¿Más bonita? Hahi, que alago más tierno. El sonrojo se hizo más intenso hasta que la escuchó hablar de algo más provocativo.

-Hahi… ¿¡Sexy…?! No… no se… A Haru le da vergüenza… ademas, no quiere ser demasiado lanzada… -cambaiba el epso de un pie a otro. Era algo que no se había planteado, después de todo Tsuna-san parecía un poco cortito con el tema, no tenian nunca tiempo para estar a solas, ni siquiera se le había confesado aun y … un conjunto sexy era algo… muy- Ha-Haru no está segura… creo que no es buena idea…

Que se pusiera nerviosa por el tema le hizo bastante gracia y le dio un extraño morbo increíble... después de todo, él también era un chico.-Bueno, mejor empezar poco a poco en una relación, y sería de mala educación que una chica tuviera que dar el primer paso... ¡él es el caballero! ¿no?- se cruzó de brazos mirando ahora con los ojos muy abiertos a Haru.

Con una sonrisa algo lasciva tomo una camiseta que tenía mucho escote, era de un color azul oscuro muy sencilla pero sensual.-También te quedaría perfecto esto.- rió mostrándoselo. Y de repente cayó en cuenta que si... vale, estaban mirando ropa de chica, e iba a comprar ropa de chica.. ¿Que demonios haría con toda la ropa luego?

En fin, suspiró y volvió a mirar a Haru.-Una falda negra y unos zapatos de tacón te quedaría de ensueño.-

-Pero Tsuna-san no parece darse cuenta… a pesar de lo mucho que Haru le quiere y se esfuerza en demostrarselo…- susurró, bajando un poco la cabeza y los hombros. Ella quería ser la futura esposa del décimo capo y sin embargo el no paredía tener tiempo para nada nunca… Cuando no estaban en una competición de sumo estaban arreglando un conflicto con los chicos del barrio de al lado…

Miró la prenda que le tendía. ¿Eso con una falda negra y unos tacones? No era muy… ¿adulto? No se acababa de ver con aquella ropa, pero tampoco lo había provado nunca.

-¡E… esta bien, si encontramos lo que dices me lo pruevo! - dijo entre avergonzada y emocionada, poniendose a buscar lo que Himeko le había propuesto, aun que siempre acababa saliendo con una prenda infantil o poco seria y provocadora