Si Belphegor y Viper fuesen estudiantes de instituto~

Escuchaba al peliazul ahora mientras terminaba de comer...¿ Conveniencia? No se había acercado a él por eso, para nada. Su inteligencia si que vale fuera uno de los motivos pero quería descubrir que había más allá de esa coraza que siempre llevaba encima el chico. No dijo nada en ningún momento, pero sonrió cuando escuchó que le iba a devolver el favor, eso significaba que tenía de nuevo otra oportunidad para poco a poco acercarse a él. De alguna manera se sintió identificado con algunas cosas que dijo sobre eso de la conveniencia, muchas personas se habían acercado al rubio por ser un niño rico superdotado, y eso lo odiaba a la vez que le subía el ego.

Recogió ambas cajas y las guardó en la mochila, se pasó una mano por el flequillo peinandoselo sin importarle mucho. Se levantó y caminó hacia la clase, estaba algo más tranquilo después de haber estado ese poco rato con él. Por lo menos había conseguido que hablara más de dos frases y eso ya era un logro ¿No? y ya no era un desconocido, un paso es un paso. Contento de si mismo llegó a clase y dejó la mochila aun lado.. ¿Que tocaba ahora? ah, sí... Gimnasia, y se le había olvidado traer el uniforme para esa asignatura, bueno, se quedaría una hora sin hacer nada.

No le gustaba moverse, era la representación de la vagancia y educación física era la asignatura que más odiaba de toda la institución, muchas veces a propósito se dejaba la ropa en casa para no tener que hacer nada. Se sentó durante unos segundos en su pupitre y se levantó, el profesor de gimnasia ya había llegado y había mandado a todos que fuesen al gimnasio para cambiarse y empezar las clases. Con pasos aburridos y arrastrando los pies se encaminó hacía allí. Sería de nuevo otra hora aburrida.

La hora que tocaba después del almuerzo era Gimnasia, una asignatura que le daba igual, pero que igualmente aprovaba con buena nota, a pesar de ser bajito y bastante delgado tenía bastante resistencia fisica y fuerza así que no le suponía problema ninguno. Al llegar el profesor a clase les mando como siempre al gimnasio a cambiarse, por lo que tomó su mochila y bajo junto a los demás compañeros.
Una vez que llego, entró al vesturario de chicos ya abrió la maleta, donde para su desgracia, los graciosos de sus compañeros le habian cambiado su uniforme de deporte por uno de chica de verano, que no era más que un pantalón extremadamente corto color rojo y una camiseta blanca de manga corta con el escudo de la escuela.
Saco la ropa de la maleta y escucho las risitas de sus compañeros, les miró de reojo con cierto odio, ¿Querian eso? Pues estaban muy equivocados si pensaba que se iba a avergonzar de ir con aquella ropa a hacer deporte.

Sin pensarselo dos veces se desvistió y se puso aquella ropa sin problema alguno, se recogio el cabello en una coleta alta y salio del vesturio como si tal cosa, con su expresión de siempre.
Al salir todos los alumnos que estaban afuera, incluido el profesor, se le quedarn mirando, algunos se sonrojaban, otro le miraban atonitos, las más variadas expresiones se podian ver.

- ¿Qué hace así vestido señor Viper? - preguntó el profesor acercandosele con expresión de reproche.

- Mis compañeros han sido tan amables de cambiarme mi uniforme por este, piensan que es más acertado para mi, ¿No lo cree usted profesor? - y miró al profesor con una media sonrisa. Este no dijo nada más y se alejo de él levemente sonrojado, dando comienzo a la clase.
Se había percatado de que Belphegor no llevaba uniforme de deporte por lo que estaba sentado en las gradas. Le miró durante unos segundos y luego empezó a correr como había mandando el profesor.

El profesor le mandó a las gradas y de buen humor se fue sin rechistar... quizás podría echarse una siesta una hora y ya alguien lo despertaría cuando acabara la clase. Aunque aún no había cogido sueño así que se apoyó en la barra, mirando a todos sus compañeros de clase correr como completos idiotas... ¿Había una chica nueva? No, no era una chica, era Viper. Reconocería ese pelo azul en todos lados, se mordió la lengua de la rabia, estaba seguro que los demás le habían hecho una mala jugada para que tuviera que vestirse así.

Furioso se quedó viendo como procedía la clase sin apartar la vista de su compañero peliazul, no podía negar que le quedaba bien, demasiado bien. Escenas eróticas pasaron por la mente del rubio de dieciséis años... de lo más normal vamos. Agitó la cabeza e irritado continuó observando el partido, ahora estaba enfadado con el mundo y a punto de un berrinche.

No sabía como Viper podía ser mejor que él en gimnasia, con el pequeño cuerpo que tenía, no lo entendía para nada... quizás la diferencia es que él era un vago y el peliazul no, entonces claro, todo tenía una explicación.-Malditos.- refunfuñó, aprovechó que pasó uno de sus ''amiguetes'' por debajo suyo para escupirle en la cabeza con todo el descaro del mundo y sin vergüenza. El chico aquel le gritó algunas barbaridades pero Belphegor simplemente sonrió y le hizo un corte de mangas.

Y asi fue, estaba escupiendo a todos aquellos que seguramente eran causantes de que Viper llevara esa ropa, hasta que el profesor lo pilló y se lo llevó consigo para que parase un poco y lo riñó. El rubio desconectó y no hizo caso alguno de las palabras ajenas, aunque le estuviera gritando.

Pudó ver como Belphegor escupia a sus ''amigos'', seguramente sabía quienes eran los culpables de aquello, pero realmente le dio igual, no estaba incomodo en absoluto con aquella ropa, incluso comprendio porque las chicas la usaban, era incluso mejor que la de chico, o al menos así le pareció al peliazul.
Vio como el profesor comenzaba a regañar al rubio cuando le pillo haciendo eso e inevitablemente sonrió divertido, no porque estuviese echandole la bronca, sino por como el rubio había hecho aquello.

Al terminar la clase de Gimnasia, fue hasta las duchas donde espero a que todos sus compañeros se duchasen. No le gustaba dejar su cuerpo completamente desnudo delante de sus compañeros de clase, así que cuando todos se hubieron ido, entró a estas y se ducho rápidamente para no perder el tiempo.
Una vez que hubo terminado, ya vestido con el uniforme de diario fue hasta las clases, igual que siempre sin dirijirle la palabra a nadie más que a si mismo.

Por lo demás, el resto del día sucedio de forma normal, sin ningún altercado más para suerte del peliazul. Una vez que tocó el timbre que anunciaba el final de las clases salio pitando de la escuela, aquella tarde le tocaba doble turno en la tienda y debía de llegar pronto para no hacer enfadar a la jefa de la tienda.
Una vez que llegó a casa se cambio de ropa; ese día llevaba un par de pantalones cortos, unos calcetines largos hasta las rodillas de rayas negras y violetas, una camiseta de manga larga con capucha en la cual colgaban unas graciosas orejas de perro, todo al más puro estilo visual.

Para su suerte llegó justo a tiempo al trabajo, aquella tarde le tocaba estar toda la jornada de dependiente de la tienda, así que sería un trabajo fácil.

Bel estuvo castigado todo el día fuera de clase con la mochila y sus cosas por lo que le había hecho a sus compañeros, tuvo que aguantar dos cubos de agua llenos hasta que finalizaran las clases, aunque cuando nadie miraba los depositaba en el suelo, estaba harto de ese castigo inútil ¿Por qué lo castigaban a él y no los compañeros que habían cambiado la ropa de Viper? era realmente indignante. Estaba ya pensando que se iba a dormir de pie cuando sonó el timbre del final de las clases del día. Dejó los cubos de agua y ni siquiera esperó a ver si salia el peliazul, cogió su mochila y se fue a su casa.

Al principio tuvo la impresión de que sus antiguos amigos le iban a perseguir para machacarle, pero nadie se atrevía a meterse con él ya que siendo de una familia rica podría causar problemas, muchos, muchos problemas. Ni siquiera se preocupó de nada y siguió el camino a su casa, iba a paso rápido ya que odiaba hacer los veinte minutos de camino. Se encontró sorprendentemente a Rasiel de camino y fue a su casa con él, recibió una colleja por haberse llevado el almuerzo pero simplemente rió.
Una vez llegaron a casa, fueron al cuarto, Bel dejó las cosas ahí, bajó las cajas del almuerzo a la cocina y fue a darse un baño. Encendió el grifo de agua tibia tirando para caliente y se empezó a desnudar esperando que se llenara. Cuando terminó de quitarse la ropa apagó el grifo, echó jabón y se metió dentro. Decidido a relajarse se había tumbado y hundido la cabeza bajo el agua, al salir el pelo se le echó para atrás dejando ver el rostro también afeminado que nunca dejaba ver por varios motivos.

No sabe cuanto tiempo estuvo así, si horas, minutos, segundos, tan solo supo que el peliazul de su mente no se iba y eso empezaba a molestarle. Recordó cuando había salido a hacer gimnasia con lo de las chicas puesto... Adorable, no había otra palabra pero no podía pensar en eso, a él..a él no le gustaban los hombres, simplemente estaba algo confundido porque el tio ese tenía aspecto de mujer, si, solo eso.

Hundió de nuevo la cabeza bajo el agua, queriendo relajarse.

La tarde en la tienda fue bastante apacible, sin mucho ajetreo más allá de un par de clientes y poco más. Tras acabar su doble jornada, con ayuda de la dueña de la tienda cerró el negocio, recibiendo así su paga con un poco de extra por haber hecho horas dobles a pesar de que no estaba contratado para ello.
Una sonrisa se dibujo en el rostro del peliazul, solo sonreia cuando ganaba dinero, pues era lo único que le hacía feliz realmente.

Tras ello, emprendio el camino a casa, lo haria andando, pues no le apetecia mucho coger el metro o el bus para llegar, un paseo nocturno no le vendria mal para despejar un poco la mente del trabajo y pensar en que podría invertir su dinero recien ganado. Tan inmerso estaba en sus pensamientos que no se percato de que un par de chicos bastante más alto y corpulentos que él estaban persiguiendole.
Se dio cuenta tras pasar bajo una farola y ver la sombra de tres de ellos que caminaban peligrosamente cerca de él; se volvió con el ceño fruncido y dispuesto a plantarles cara, pero ese fue su fallo fatal, pues aparte de que le ganaban en número por goleada, a pesar de ser fuerte, ellos lo eran aun más.
Sin mediar palabra alguna le agarraron acorralandole contra la pared, empezando así a apalizarle con bastante rudeza. Pudo reconocer a varios de ellos, eran sus compañeros de clase, los supuestos ''amigos'' de Belphegor, que reian como idiotas al ver como el pobre peliazul recibia los golpes sin piedad.

Cuando se dieron por satisfechos, pararon dejando su cuerpo malherido en el suelo junto a un cubo de basura. Pasaron largos minutos en los que Viper se mantuvo inerte en aquel lugar, para más mala suerte nadie pasaba por aquella calle, así que tuvo que levantarse él solo y caminar hasta llegar a su casa.
Nada más llegar, sus padres preocupados por la tardanza de sus hijos se asustaron el doble al ver el aspecto que presentaba.

- Estoy bien... - murmuró adolorido mientras pasaba al interior de su hogar. El padre no dijo nada más, solo se marcho al salón a, seguramente, dar parte a la policia de ello mientras que su madre le ayudo a llegar a su habitación para curarle las heridas.
Para suerte de peliazul, solo tenía un par de cortes poco profundos en la mejilla, moratones en todo su torso y el brazo izquierdo algo lastimado.
Asi mismo, se echo a dormir, dolorido y lleno de rabia por lo que le habia pasado. 'Toda la culpa lo tiene ese niñato rico...' gruñia mentalmente para autoconsolarse de que la culpa de todo era de él y asi sentirse mejor.

Al llegar la mañana, a pesar de estar tremendamente herido aun, decidio ir a clase, que vieran, en especial el rubio, lo que había conseguido por acercarse a él.

Cuando notó que la piel se le estaba arrugando salió de la bañera, luego de vestirse, secarse y tal se pasó con su gemelo jugando al ''Eye toy'' toda la tarde hasta la hora de la cena, no comió mucho a pesar de que era una de sus comidas favoritas, al acabar de cenar se subió al cuarto y se arrojó en la cama robando el mando de la mesita de noche antes de que Rasiel pudiera tomarlo y encendió la televisión buscando alguna película interesante, daban ahora tres películas en diferentes canales, ninguna la interesaba, escogió una al azar y se puso a mirarla. Entre los anuncios, y todo se quedó dormido... ni siquiera se acordó al día siguiente de como se llamaba la película.

Por culpa de haberse ido a dormir tan pronto despertó temprano, a las seis y cuarto específicamente, se vistió con el uniforme de siempre, ya que se había levantado temprano también aprovecho para hacer los deberes que ayer no hizo. Cuando terminó se guardó todo en la mochila, se calzó y bajó a la cocina a desayunar. Hoy comió cereales de chocolate con leche y un par de magdalenas, hoy había visto por la ventana que estaba nublado... eso era causante del buen humor del genio. Agarró su caja de almuerzo, la metió en la mochila y emprendió su camino al colegio.

Como siempre las calles estaban vacías, bueno, quizás había algunas personas paseando al perro de buena mañana. Que agotador seria tener una mascota así... por eso Bel prefería los gatos, porque no hacía falta sacarlos y de cierta manera le recordaban a él.

A las siete y media llegó al colegio, y para su desgracia se encontró a los de su antigua ''pandilla'' y se acercaron a él peligrosamente.-Escoria... Atreveos a ponerme una mano encima, ya veréis..- no le dio tiempo a terminar la frase, un puñetazo le cruzó la cara y de la fuerza el rubio cayó al suelo. Le patearon, escupieron, de todo y antes de que viniera cualquier alumno más. El niño rico, humillado, mosqueado, dolorido y con un berrinche encima no quiso que nadie lo viera, así que entró en el instituto y subió a la azotea, tumbándose allí abrazado a la mochila. Escupía sangre y todo... esos capullos los mataría, se lo diría a su padre y ya verían.... Idiotas.

Paso la mañana, y Viper se sorprendio de que el muchacho rubio no apareciese por clase, sintió una punzada en el pecho al no verle, ciertamente era un sentimiento molesto que lo hachaco a la paliza que había recibido la noche anterior. Todos los alumnos, incluso de otras clases, se le quedaban mirando cada vez que pasaban por la clase, pues su aspecto, aparte de llamativo normalmente, con todas aquellas vendas lo acentuaba aun más.

Al llegar la hora del almuerzo, como era costumbre, agarró sus cosas y subió a la azotea en busca de un rato de paz. Pero al llegar se llevo la sorpresa de encontrarse con el rubio rico alli tirado y con aspecto de haber recibido también un par de golpes fuertes. Se le acercó a paso lento, observandole con detenimiento; ¿Estaría desmayado o simplemente tenia los ojos cerrados? Al posicionarse a su lado, dejando sus cosas a un lado, apoyó su mano sana la cabeza del chico, acariciando su cabeza suavemente.

- ¿Estas vivo aun?... - pregunto en voz suave, a pesar de sonar indiferente. - ¿Quién te hizo esto?. - aunque se lo imaginaba, preguntó.
Se regaño mentalmente por mostrar ese grado de preocupación por el muchacho, pero luego, para autoconsolarse pensó que al fin y al cabo le debía una ¿Qué mejor momento que devolverselo ahora?

Le dolía todo el cuerpo, ni siquiera tenía noción del tiempo allí arriba, estaba en un estado de sueño-conciencia extraño y todo iba mucho más rápido, eso si, fue consciente de cuando sonó el timbre que daba la hora del almuerzo, pero ni se movió... no se sentía con fuerzas para comer, aquella paliza matinal le había quitado toda clase de ganas de lo humillado que se sentía y todo su orgullo estaba por los suelos, ahora sus compañeros lo verían como menos que escoria.

Escuchó la puerta abrirse y alguien acercándose, aún así no abrió los ojos hasta que escuchó la voz.-Sigo vivo...- se incorporaba lentamente y dolorido por los golpes.-Tú no pareces estar mucho mejor que yo la verdad.- replicaba mirándole detenidamente ¿Que le habría pasado? estaba seguro que eso no había sido ningún accidente de tipo ''me he caído por las escaleras'' o ''me he pillado el dedo con la puerta'', eso seguro que no. No respondió a la segunda pregunta de la humillación que sentía dentro, si alguien se enteraba perdería reputación.

-¿Y a ti? ¿Quien te hizo eso?- alzó una mano para llevarla al rostro del peliazul, acariciando algunas heridas por encima de las curas. Gruñó... ¿Por qué mancillaban un rostro bonito con golpes? odiaba a la gente que querían destruir las cosas bonitas. Se ruborizó por sus propios pensamientos y apartó la mano de su cara rápidamente, haciendo como si no hubiera pasado nada.

¿Como le contaría a sus padres eso? seguro que enviaban a la policia a su colegio... la verdad que resultaba divertido y así podría inspirar mucho temor sobre los compañeros de su clase, en fin... ya vería que haría cuando llegara a casa. Estaba seguro que su hermano se reiría de él, más.

Al notar la mano ajena sobre las heridas de su rostro, acariciandole de esa forma tan dulce, pudo sentir como su corazón tranquilo daba un vuelco dentro de su pecho que incluso podría decir que le dolio con la fuerza que lo hizo. Miró su mano de reojo al apartarse con cierta tristeza, le había gustado la sensación que le produjo aquel roce tan fugaz, así que sin cortarse ni un pelo, apoyó su mano sobre la de él.

- Quienes me hicieron esto a mi, fueron los mismo que te hicieron eso a ti. - dijo en tono calmado y relajada.
Miraba atento las heridas del rubio, algunas tenian mal aspecto y debían de curarlas enseguida o se podrian peor, así que sin mediar palabra y a pesar de que el otro pesaba más que él, cargo las maletas de ambos a la espalda y le levanto del suelo, haciendo que se apoyase en él también.
Hecho a andar hacía la salida y tras bajar las escaleras de la azotea le llevo hasta la enfermería. Era increible ver como el peliazul podía con todo y el rubio a pesar de estar herido y con una mano lesionada. Varios alumnos los vieron pasar por los pasillos, pero Viper no les dirijio la mirada a ninguno, simplemente continuaba caminando hacía el frente en dirección a la enfermería.

Al llegar abrió la puerta y paso dejando a Belphegor sobre una de las camillas y soltando también las maletas a los pies de la cama, enseguida aparecio la enfermera y al ver el estado del rubio fue a por las cosas para curarle. Viper por su parte arrastro uno de los banquitos y se sentó a un lado de la camilla.

- Dejate curar y con esto, ambos estaremos en paz con el otro. - dijo sin dejar de mirarle.

Todo aquello le pilló por sorpresa, primero su tacto agradable y suave, extrañamente le hizo cosquillas y provocó un leve rubor en sus mejillas.-¿C-como?..- se quedó atónito al escuchar sus palabras, la rabia empezó a recorrerle el cuerpo de manera peligrosa pero se apaciguó cuando notó como el chico le cogía y le llevaba las cosas.... ¿Tanta fuerza había en ese pequeño cuerpo? era curioso. Al levantarse notó un dolor en el tobillo derecho pero lo ignoró y siguió como si nada ayudado del peliazul.

Le dolía todo el cuerpo, y al ver al peliazul no entendía porqué hacía algo como eso si él también estaba malherido. Caminaron hasta llegar a la enfermeria y de mala gana el rubio se sentó en la camilla y ante las palabras del otro asintió, no se quejaría por una vez aunque no le gustaba ser tocado por manos extrañas y menos por una enfermera. Se quitó la camiseta a petición de la mujer dejando ver todos los golpes, algunos cortes que tenía y su marca de nacimiento. La enfermera empezó a desinfectarle las heridas y luego a vendarle el torso. Cuando terminó y para desgracia de Bel la mujer le levantó el flequillo para ver en el rostro que golpes tenía, cerró los ojos, avergonzado y ruborizado ya que se parecía a una niña con esa cara.

La enfermera puso unas gasas y le vendó la frente pues tenía de nuevo un rasguño feo. No miraba a Viper ya que se sentía avergonzado de su situación tan patética, encima notaba que el otro no le quitaba el ojo de encima, le ponía de los nervios ciertamente. Belphegor no se quejó en ningún momento, quería parecer un ''hombre'' a ojos del otro, y ver que él era resistente aunque en realidad no lo era.

Se mantuvo observando al rubio mirando de vez en cuando como la enfermera curaba sus heridas. Como era de esperar no paso desapercibido a ojos del peliazul aquella marca de nacimiento que Belphegor tenía en el vientre; también la observó durante unos segundos mientras curaba el rostro del chico, el cual al ver descubierto provocó que Viper se sonrojase, ciertamente el chico le pareció bastante apuesto, pero le hubiese gustado ver sus ojos abiertos y cerrados de esa forma que le hacía parecer un poco idiota, pero en fin.

Cuando la enfermera se marchó dejandoles solos en la enfermería, apoyó los brazos en la camilla y sobre el brazo sano, apoyó su cabeza, obviamente aun miraba al chico que permanecia sin camiseta como la enfermera le había dicho, hasta que no se secase algunos de los apositos que le puso en las heridas que no vendo.

- Ahora ya estamos en paz... - murmuró, refiriendose a que ahora le había devuelto el favor que el rubio le hizo días anteriores al haberle dado algo de comer a la hora del almuerzo. - ¿Ya dejaras de perseguirme?... ¿O es que acaso te enamoraste de mi? - preguntó e increiblemente sonrió de medio lado, haciendo que ese aire inocente y puro que solia rodearle desapareciese, dejandose ver bastante picaro con esa expresión en sus labios.
Pero duro pocos segundos, pues enseguida volvio a su actitud seria e indiferente. Se incorporó de golpe sin previo aviso, tirando hacía atrás el banquito donde habia estado sentado y apoyando cada mano a cada lado del cuerpo de Bephegor se inclino peligrosamente hasta su rostro; el peliazul solía dejarse llevar por sus primeros instintos en situaciones puntuales y poco previstas como aquella en la que estaban.

Sus labios estaban a escasos milimetros de rozarse uno con otros, podía notar la respiración lenta y pausa del peliazul chocando contra la del rubio. Se relamió los labios y los entreabrio dispuesto a besarle, pero en el último segundo se arrepintió se se separo lentamente.

- Perdona, suelo dejarme llevar por los instintos en situaciones extrañas como estas, no te pienses que me gustas ni nada de eso... - y sin más, agarro su maleta y se dispuso a marcharse de allí. Pero antes paro en la puerta y se volvio un poco. - No quiero verte fuera de aquí, estas herido, así que descansa. Y tampoco quiero enterarme que golpeaste a esos idiotas, de eso me encargare yo cuando me recupere... - y sin más se marcho cerrando la puerta corredera tras él.

Que aquella mujer le toquetease el cuerpo le estaba poniendo de los nervios, de los malditos nervios. Cuando se fue el rubio se quedó algo más relajado y se quedó mirando nuevamente al peliazul a través de su flequillo. Se preguntaba que demonios estaría pasando por su mente, aquella expresión tan indiferente le atolondraba a veces, odiaba no saber como se sentían las personas en cada momento. Suspiró y se movió un poco, le escocían las heridas y no sabía como remediarlo, le molestaba.

-¿¡Enamorarme de ti!?- el color rojo le invadió las mejillas, y dejó de mirar a Viper ¿Quién se había creído? ¡Él no era gay! y mucho menos se iba a enamorar de un borde como él. No, no, no y no. Definitivamente no.
Sus pensamientos fueron interrumpidos de repente cuando vio al chico tan cerca de él, sus labios a tocar de los propios, su respiración. Podía notarlo todo. Incluso Bel había entreabierto los labios también para recibir un esperado beso que nunca llegó. Lo vio alejarse y no pudo evitar dejar escapar un gruñido de enfado, aunque seguro que el otro no lo escuchó.-¡Eh!- lo llamó una vez cerró la puerta, no tuvo respuesta.

Aún impactado por lo que acababa de pasar estaba completamente mudo, y el rojo no se marchaba de su piel. Estaba también molesto consigo mismo por no haberse apartado como un chico normal, pero no... él no era normal. Cerró los ojos y dejó volar su imaginación, si no se hubiera ido quizás ahora mismo estarían besándose... se imaginaba a si mismo acariciando de nuevo las mejillas ajenas. Dejó escapar un suspiro y agitó la cabeza. No, no pienses en tonterías Belphegor.

La enfermera llegó y aprovechó para pedirle permiso para comer, al dárselo Belphegor abrió su mochila y sacó su almuerzo, tenía hambre, mucha. Abrió la caja y empezó a comer saboreandolo todo. La imagen de Viper tan cerca a punto de besarle no se le marchaba de la cabeza,, y eso le estaba irritando, no le gustaba pensar en otra persona que no fuera él mismo. ¿Por qué habia dicho que no le gustaba y que había sido por instinto? si fue un instinto eso significa que también tenia ganas de besarle.. ¡Que rabia!

Caminaba por los pasillos con la mano sobre los labios, aun notaba la sensación que le produjo la respiración del otro chico contra sus labios e inevitablemente mientras ocultaba sus labios se relamió en busca quizás de un sabor ajeno que nunca llegó. Se regaño a si mismo por haber hecho eso; 'Con la gente de la escuela eso no se hace' se dijo mentalmente mientras apartaba la mano y caminaba tranquilo de nuevo hasta llegar a clase.
De tanto ajetreo no comió nada, pero igualmente no pasaba nada, podría resistir perfectamente al final de las clases, las cuales trascurrieron como el peliazul esperaba, llena de rumores de que le habían visto con el rubio bastante malherido llevandole hasta la enfermería.

Como tampoco es que Viper tuviese fama pacifico, ya que le había dado más de un golpe bien merecido a algún idiota que se lo buscaba, las habladurias de que él mismo había propinado la paliza a Belphegor comenzaron a espandirse y como es obvio, los ''amigos'' de este último ayudaban a su expasión por todo el colegio. Pero Viper estaba tranquilo, los profesores le tenían demasiado bien visto y nunca le habían llamado la atención para lo más mínimo, así que no tenia de que preocuparse.

Al acabar las clases, cuando el timbre sonó anunciando el final de la mañana en la escuela, rápidamente recojio sus pertenencias y se marcho, tuvo intenciones de pasar por la enfermería pero imagino que Belphegor ya no estaría allí, que se habría marchado, así que tomando el ejemplo que creyo que el rubio había tomado, se marcho a casa directamente, donde llamó al trabajo para pedir un par de días libres para descasar por las heridas.

Se terminó de comer el almuerzo y se quedó mirando a la enfermera. Se estaba aburriendo mucho, muchísimo, incluso prefería estar en clase escuchando al profesor sin hacer nada. Era increíble como su rostro aún tenía el rubor que el peliazul había provocado. Cuando la enfermera le dio permiso se puso la camiseta y agarró sus cosas y se marchó. No se fue de la escuela aún ya que quedaba un rato para que sonara el timbre y aburrido se dio un paseo por el colegio. Cuando se cansó de caminar salió al exterior y se apoyó en uno de los muros al lado de la entrada de la escuela. Tenía decidido esperar a Viper.

El timbre no tardó mucho en sonar y una manada de adolescentes en seguida atravesó la salida de la escuela corriendo. Belphegor estaba con los ojos muy abiertos haber si distinguía el cabello azul entre muchas cabezas. No fue difícil distinguirlo y cuando lo hizo le siguió por detrás con pasos rápidos queriendo alcanzarle, tenía la boca entreabierta como si quisiera gritar su nombre para que se detuviera.-¡Ah..Vi-Viper!- su mano se alzaba y ahora había empezado a correr hacia el peliazul.

De alguna manera quería pedirle gracias por haberle llevado a la enfermeria y también quería ver como se movían esos labios que había estado a punto de tocar, se relamió inconscientemente. Quería probarlos, por primera vez, se sonrojó violentamente de nuevo ante ese pensamiento. Si le contara a alguien sus pensamientos le tomaría por loco y por homosexual... y no, él no era así. Cuando llegara a casa lo primero que haría sería ver porno, o algo, para volver a ponerse en el buen camino. Que suerte que a su gemelo no le importara ni dijera nada de esas cosas.

A la salida había oido al rubio llamarle, pero decidio ignorarle y caminar aun más rápido, perdiendose entre la gente. Era ya imposible dar con él de nuevo, así que más tranquilo continuó caminando por la calle, hoy cojeria el tren nuevamente, asi que se puso en dirección a la estación.
Mientras caminaba sacó su telefono movil del bolsillo de su maleta y comenzó a marcar el telefono de la dueña de la tienda donde trabaja para avisarle de su ausencia, sabía que no iba a haber problemas por eso, pero para su sorpresa, al mirar la pantalla de dicho aparto encontró que le habían mandando un email, sin dudarlo lo abrió.

Quien se lo enviaba era un fotografo que semanas atrás le hubo hecho una sesión de fotos un poco subidas de todo, por llamarlas de alguna forma decente. El peliazul sonrio levemente y le echo un primer vistazo a las que les hubo enviado; decidio que más tarde cuando llegase a casa subiria un par a su cuenta de Facebook por unas horitas, luego las quitaría, como siempre hacía con esa clase de fotos; unas horitas para que pocos ''privilegiados'' las viesen y luego las borraba de la página.

Mientras iba en el tren, como siempre estaba aquel viejo verde mirandole, al que el peliazul solo dedico una mirada de asco y le ignoró. Poco más ocurrió en el trayecto.
Al llegar a casa y después de la llamada al trabajo, fue directo al baño, pues necesitaba una buena ducha y una nueva cura de las heridas. Cuando terminó, sintiendose como nuevo otra vez a pesar del dolor que aun sentía en algunas zonas de su cuerpo, fue hasta su habitación y encendió el ordenador.
Una vez encendido y borradas las cosas inútiles que les enviaban al correo electronico, inicio sesión en Facebook y subió directamente un par de fotos.
Subió veinte, donde se le veia desnudo casi al completo, con sus partes intimás censuradas estrategicamente por la decoración de los escenarios donde transcurrian las fotos, en las poses más variadas y sujerentes que cualquier pudiese imaginarse; desde una donde imitaba ser un ángel caido rodeado por telas blancas manchadas de ''sangre'', hasta las más tipicas que al fotografo se les ocurrio.

'A partir de ahora estaran durante 60 minutos' pensó nada más dadle a aceptar y que estas estuviesen publicadas. Durante esos miinutos los gasto en jugar a los juegos de esa página, sin perder de vista el reloj.

Sintió una punzada de dolor cuando fue ignorado, no tuvo más opción que cambiar el rumbo e ir hacia su casa. No entendía porque habría huido de él, o quizás no lo había escuchado... no lo sabía exactamente solo tenía seguro que le había molestado y mucho. De camino a su hogar no se fijó ni en la gente de su alrededor. Mañana era viernes... y el día siguiente ya no había clases. No sabía si podía estar dos días sin ver al chico, le preocuparía de cierto modo.-Tsk.- un perro se le acerco a oler el pie, casi le metió una patada pero simplemente lo ignoró y continuó el camino.

Al llegar a su casa agachó la cara para que no vieran ni sus criados que estaba herido y subió a su cuarto, dejó la mochila a un lado, se quito los zapatos y se tumbó en la cama. Como cada día lo primero que hizo fue encender el portátil y ponerse en el facebook, en su estado puso ''Gracias.'' se refería al peliazul claro, pero no lo iba a dejar tan obvio que era para él. Miró algunas notificaciones estúpidas y se metió en el facebook de Viper, había subido fotos nuevas... le dio click y ante la primera foto enrojeció brutalmente y sus hormonas empezaban a reaccionar por si solas, pasó la foto y otra igual... esto no podía estar pasando, volvió a la anterior y se la guardó, lo mismo hizo con la siguiente y las otras. No esperaba que el chico estuviera tan bien... ya lo había visto en gimnasia pero nunca había podido contemplar con detenimiento ese cuerpo. Toda la sangre de su cuerpo empezó a concentrarse en su entrepierna.. ¡Pero no! ¡No podía masturbarse con la imagen de Viper! era asqueroso.. y odioso.

Cerró el portátil bruscamente y se tumbó bocabajo, queriendo disimular la erección que tenía que le dolía por la presión en sus pantalones. Por su orgullo que no se tocaba, no podía... Era un maldito pervertido, tenía que controlarse por favor ¡Era su compañero de clase!

Cuando pasó el tiempo, entró y borro todas y cada una de las fotografias que hubo subido, tras eso actualizo el estado donde puso 'Aquello que visteis las fotos, felicidades'; casi a modo de broma. Tras ello desecho varias conversaciones por privados de un par de personas que insistian en hablarle, él nunca contestaba a nadie que le hablase por el chat, pero a pesar de eso nunca lo desconectaba.
Hecho un vistazo y vio que Belphegor había estado conectado hacía escasos minutos, así que por ende las fotos las debió de ver si o sí. Sonrió levemente por ese hecho, imaginando la cara del rubio al haberle visto en esas fotos tan sujerentes. '¿Las habra guardado él también?' se preguntó mentalmente imaginandole en la situación, cosa que provocó que soltase una carcajada limpia.

Anduvo un rato más trasteando en dicha página y subio una foto junto al fotografo, una foto normal y corriente donde salian ambos juntos tomada la foto por el propio fotografo. Era de las pocas personas con la que Viper se llevaba ''bien'' y trataba algo mejor que al resto del mundo, es por ello que aparecia bastante pegado a él. A decir verdad el otro muchacho también era bastante guapo, con el cabello corto negro con mechas rojas y despeinado, ojos castaños bastante bonitos y sonrisa perfecta.
Sin darse cuenta se la puso de principal y continuo trasteando.

- ¿Tendrá correo?...- se pregunto refiriendose a Bel, es por eso que entró en su perfil con la esperanza de encontrar algo, pero parecia que no, cuando fue a darse por vencido lo encontró y sin pensarselo dos veces le agregó. No sabía muy bien para que quería tenerle, pero bueno, nunca estaría de más ¿no?
Tras hacerlo, apoyó la cabeza sobre la mesa y suspiró, esperando a que le aceptase. Sin darse cuenta volvió a pensar en su el rubio había guardado las fotos o si las habia visto, ¿Les habría gustado? ¿Se estaria t-...?. Por culpa de ese último pensamiento levanto la cabeza molestó pero sonrojado, '¿Qué hago pensando en esas cosas?!' se regaño a si mismo por ello.

Su cuerpo temblaba incluso, no dejaba de pensar en aquellas fotos... su imaginación echó a volar y vino la imagen de él sobre Viper, ambos desnudos y sudorosos. Se mordió la lengua y se incorporó, sentándose y poniendo dibujos animados en la televisión, echó una ojeada a su amiguito a ver si conseguía calmarse un poco. Hasta que no paso media hora y poniendo mucha fuerza de voluntad consiguió bajar su miembro. Aún sonrojado volvió a tomar el portátil y se conectó al messenger, no le gustaba mucho pero bueno...

Nada más conectarse le salieron tres avisos de que le habían agregado y aceptó las tres sin ni siquiera mirar quienes eran, aburrido porque no vio a nadie interesante abrió el mozilla firefox y se puso a buscar imágenes de actrices porno, las estuvo mirando un rato y echaba miradas a su entrepierna, como reclamando que se levantara ¡Era irritante! se había excitado con unas fotografías de Viper que ni siquiera se veía su miembro y ahora con esas chicas no le pasaba nada ¿Se estaba volviendo gay de verdad? estresado se metió en el facebook y cambió la foto de perfil por una que salía con su hermano gemelo junto a un espejo enorme, haciendo un bonito efecto y encima que los dos estaban exactamente igual vestidos. Sin fijarse en nada más fue al MSN, cambió los colores del nick por rojo oscuro y negro oscuro y cambió la foto de perfil también, que salia él con una camisa blanca con los primeros botones abiertos y una corbata negra aflojada, dando un toque erótico al relamerse los labios.

No le interesaba hablar con nadie, no tenia ningún amigo por así decirlo, jamás lo había tenido ni lo iba a tener. Tenía más de trescientos contactos pero ninguno lo conocía profundamente ni sabía su forma de pensar. Volvió a entrar al facebook a hacer lo de las preguntas inesperadas... ''¿A cual de tus amigos buscarías si necesitaras un abrazo?'' sin pensar puso Viper, y le dio a enviar. Sonrojado por lo que acababa de hacer cerró el facebook y se quedó embobado mirando el fondo de pantalla.

Se había embobado mirando una nueva serie anime que pasaban por la televisión que ni se percató de que Belphegor le había aceptado en el correo. Hasta que la serie no terminó no volvió a poner su atención al ordenador.
Abrio el MSN y vio que ahí estaba el rubio, frunció los labios, pensando que le diria cuando abriese conversación, Viper no era de esos que decian el tipico 'Hola, ¿Qué tal?', no, él siempre tenía algo borde e ingenioso que decirle a los contactos con los que le interesaba hablar para llamar su atención.

Clikeo en el nick y la pantalla de conversación se abrió; ensegida algo se le paso por la mente, provocando que una sonrisa picara se cruzase por sus labios.

- ¿Ya te has masturbado tu también a consta de las fotos que subi a Facebook? No me mientas, sé que las vistes.Por cierto, soy Viper por si no lo intuiste - y le dio a enviar.

Ni si quiera cerró o bajo la pantalla de la conversación, la dejo ahí abierta, esperando ver cuan rápido contestaba.

-Yo no soy gay.- respondió directo y seco al leer esas palabras. Sus mejillas se habían vuelto a sonrojar con exageración. No estaba acostumbrado a las personas tan directas y Viper no paraba de sorprenderle una y otra vez.-Y tampoco serías mi tipo.- añadió. Eso era mentira, siempre le habían gustado las personas delgadas y bajas y... bueno, en el caso del peliazul, de rostro femenino. Hastiado por sus pensamientos fue a redtube y se puso a mirar porno. Queriendo alinearse de nuevo en el ''buen camino''. Y de nuevo aquello no le hizo sentir nada, más que asco por las curvas tan y tan exageradas de la actriz. Quito la página y volvió a la conversación.

-Si fuese gay te follaría.- escribió y envió, él también sabía ser brusco cuando tocaba. Rió y se fue a facebook, entró directamente en el muro de Viper y vio esa foto de perfil, de repente unos celos, muy, MUY grandes lo atacaron... ¿quien sería ese tio? Abrió la conversación y de forma inconsciente se puso a escribir.-¿Es tu novio el de la foto de facebook?- y envió.

Tsk... No entendía como aquel niñato podía hacer que se pusiera así con unas simples cosas, no lo comprendía y odiaba no comprender como se sentía. Patético, realmente patético.

Reia, reia como nunca antes había podido reirse, sentia que hasta podría llorar de la risa que el rubio le estaba produciendo con aquellas contestaciones tan contradictorias. Primero dijo que no era gay y que no era su tipo, y acto seguido, incluso antes de que le diese tiempo a contestar le soltó eso de 'Si fuese gay te follaría'.
No podía dejar de reir, era increible.

- Digamos que es mi amigo especial con derecho a rocé - escribio sin más, notaba que el muchacho estaba tremendamente celoso, a pesar de que no estaba viendole la cara en aquellos momentos se imaginaba la expresión y volvía a reirse a carcajada limpia. - Él es el autor de las fotos que colge durante un rato en Facebook. - le dio a enviar.

Entonces se le ocurrio de, ¿Por qué no seguir picandole? Así que volvio a escribir antes de que pudiese contestarle.

- Todas las fotos eran fantasias sexuales suyas... Puedes imaginar lo que paso después de tanta foto, pero en fin ¿Qué te voy a contar a ti? Tú no eres gay, bueno yo tampoco, pero hacerlo con un chico no esta tan mal como piensas. - y le dio a enviar satisfecho de ello.

De repente se le abrió una conversación extraña, era una chica que escribía en rosa chillón y con muchas faltas de ortografía y encima alternaba mayúsculas y minúsculas. Sin ni siquiera contestar le puso en no admitir y volvió a abrir la conversación que tenía con el peliazul. Tras leer todas las palabras apretó los dientes y volvió a ponerse celoso hasta la agresividad. Razonó... Viper nunca contaba de su vida a nadie, y si fuese verdad eso no se lo diría, aparte sabía que odiaba que los demás de la escuela supiesen de su otra vida.

-Eso es mentira, idiota.- resopló, a pesar de estar auto convenciendose que era mentira los celos seguían recorriendo todo su cuerpo. Chasqueó la lengua y giró un momento para ver a su hermano y saludarle con la mano. También se había puesto en la cama con su propio ordenador.-tsk... ¿este fin de semana tienes algo que hacer?- algo ruborizado releyó las palabras que acababa de enviar, a saber que pensaría de él.-Quédate todo el fin de semana si quieres, en mi casa... a mi madre le gustará conocer a quien me ''salvó'' hoy.- cuando su madre le viera las heridas seguro que obligaba a Belphegor a contarle toda la historia y querría conocer a Viper para disculparse por la incompetencia de su hijo y darle gracias... también le parecía una excusa perfecta para poder verle.

¿Quedarse el fin de semana entero en su casa? Miró el calendario que tenia colgado junto al ordenador; era Jueves, asi que por endé desde mañana hasta el Domingo tendría que quedarse en su casa.

- Tendré que preguntarlo en casa, espera un momento. - mintió y se puso en ausente, aprovecho que ''había ido a preguntar'' si podia quedarse en casa del rubio, bajo y anuncio que se iria a pasar el fin de semana a casa de un amigo random que improviso sobre la marcha, despues fue al baño y volvio a su habitación.
Estuvo trasteando un poco por la habitación, poniendo algo de música en el equipo y volvio a la conversación.

- Me a costado un poco, pero me dejan ir. Mañana después de clases ire a casa y recogere la maleta, nos veremos en la estación de trenes de cerca de la escuela. - escribio y envió. Ciertamente se preguntaba porque tanto interés del rubio por él. No se tragaba que fuese porque la madre quisiese conocerle por haberle salvado, realmente solo le había llevado hasta la enfermería, nada más.

Aburrido se puso a cotillear el perfil de Belphegor, pocas veces hacía eso, solo si quería saber algo de alguien, así que se puso a mirar la foto. Las había de todas las clases, y en algunas con las que salia con su hermano gemelo. Ese hecho le parecio divertido, así que durante ese fin de semana conviviria con su gemelo también, se parecian bastante, menos por el hecho de que tenian el cabello diferente.

En facebook había miles de fotos de él a solas o con su hermano, casi cada semana venía una fotógrafa amiga de la madre de Bel y les sacaba fotos a ambos, adoraba a esos gemelos y ellos se dejaban hacer de todo, ya que esas interminables sesiones de fotos les subía el ego de una forma alarmante. Había veces que la fotógrafa se había llegado a pasar de la raya, llegando a vestir a ambos como si fuesen niñas. Sobretodo se aprovechó muchísimo cuando ambos eran unos niños y más inofensivos. La chica esta tenía facebook y etiquetaba a ambos, a pesar de que nunca lo admitirían los gemelos adoraban a esa mujer, era como una amiga de la infancia, algo parecido.

-¿A que hora?- miró a su hermano, y simplemente le dijo que mañana venía un amigo a casa a quedarse a dormir hasta el domingo. Rasiel lo miró algo extrañado pero no dijo nada, Viper sería la primera persona invitada por Bel que se quedaría, era confuso para su gemelo claro. Algo nervioso y ansioso porque el peliazul le había dicho que vendría abrió la carpeta de imágenes y creo una nueva carpeta, allí guardó las fotos de Viper, creó como unas cuatro carpetas más para que no se descubrieran y que en la última carpeta antes de la ''carpeta tabú'' por así decirlo metió un montón de imagenes y la carpeta entre ellas, supuso que nadie se fijaría si entraba allí.

Estaba completamente seguro que su madre iba a estar encantada de que viniera ese amigo de Bel, la pobre mujer con los hijos tan ariscos y mimados que le había tocado no podía demostrar cariño a ellos sin ser insultada o mirada con reproche por parte de ambos, cuando llegara Viper seguro que la mujer se le tiraba encima.

¿Donde dormiría? tenían una habitación de invitados... podría dormir allí, bueno, ya se hablaría cuando el chico llegase. Estaba nervioso, muy nervioso y a la vez una extraña felicidad le recorría todo su ser. Aquel fin de semana sería especial, muy especial~