Si Belphegor y Viper fuesen estudiantes de instituto~

Y tras la conversación, cerro sesión sin nisiquiera despedirse del rubio y fue a hacer la maleta para el fin de semana. No sabía muy bien que meter en la maleta, así que empezó a meter toda la ropa que encontraba por su armario; un par de pantalones y otro par de camisetas, unas camisas, también un pantalón corto por su hacía calor y poco más de eso, la ropa interior y un par de accesorios para el pelo que solía usar muy amenudo a la hora de dormir y simplemente para llevar el cabello recojido.

Tras ello se fue a dormir, ciertamente más que nervioso, estaba curioso por la ver la casa del rubio, se rió levemente por estar más emocionado por ver su casa que por pasar el fin de semana con él, pero es que en el fondo seguian siendo desconocidos, no entendía porque le invitaba, y tampoco entendía porque aceptó, simplemente lo hizo y punto final. Pensando todo esto, se quedó dormido enseguida.
Ya por la mañana, fue a clase como cada día, sin problemas algunos, las heridas ya le dolian muchisimo menos, y solo llevaba una pequeña tirita en la herida de la cara porque era la que peor aspecto tenía. Durante las clases dejo una nota en la mesa de Belphegor diciendole a la hora que le esperaba en la estación de trenes; la hora citada era las 5:30 de la tarde.

Una vez que la jornada terminó marcho a casa rápidamente, quería cambiarse tranquilamente y dar antes un paseo como gustaba de hacer los viernes por la tarde. Cuando la hora se fue acercando se quitó el uniforme escolar y abrio el armario rebuscando a ver que había dejado allí. Lo único que encontró fue una camiseta color negra con adornos colgantes de corte punk y unos pantalones cortos hasta la rodillas de cuadros escoceses negro, gris y blanco.
Conforme con esa ropa se la pusó, se peinó y salio de casa cargando la maleta. Iba tranquilo era bastante temprano así que le dabría tiempo de su paseo de cada viernes.

Por la noche tuvo que explicar a su madre todo lo ocurrido y también le avisó que mañana venia un amigo a casa a dormir y que se quedaba todo el fin de semana. Como era de suponer la mujer se alegró, y cuando el rubio acabó de cenar se fue a dormir. No se solía ir tan pronto pero las ganas que llegaran mañana eran insaciables, al estar nervioso tardó mucho más en dormir pero lo consiguió.

El día transcurrió normal, sin ningún suceso irrelevante a excepción de la nota que le dejó el peliazul en el pupitre, tras leerla se la guardo y continuó con las clases. Había notado como algunos compañeros le miraban extraño e incluso algunos se le habían acercado para preguntarle si Viper le había pegado y el rubio obviamente contestó que no. Una vez terminadas las clases sin ni siquiera decir cualquier cosa a Viper se fue corriendo como pudo a casa, llegando en apenas diez minutos. Dejó las cosas sobre la cama, se fue a dar una ducha rápida, se peinó y alisó el pelo y volvió a su cuarto. No tenía ni idea de que ropa ponerse... abrió el armario y agarró una camiseta de rayas rojas y negras, y tras ella sacó una camiseta de tirantes muy fina negra, se puso esta última primero y después la camiseta de rayas que le iba muy ancha, haciendo que los hombros se le vieran y las mangas ocultaran sus manos. Como pantalones escogió unos pitillo de color blanco y se puso unas botas negras. Una vez vestido salió de su mansión, caminando a paso tranquilo dirección la estación.

Más o menos había media hora de camino, y justamente había salido a las cinco de su casa, iba perfecto de hora y llegar puntual a los sitios. Estaba pensando en que diría Viper al ver su casa, y su cuarto, todo. Quería de corazón que al otro le gustase su mansión, y bueno, que se lo pasara bien. Aunque no sabía como entretener al chico ya que no sabía sus gustos, en realidad no lo conocía de nada, absolutamente de nada, pero... ¿y que?.. quería conocerlo, y era una perfecta ocasión.

Pensando en todo sin darse cuenta llegó a la estación, se quedó allí en la salida apoyado en una pared y esperando al chico. No parecía una persona impuntual...supuso que llegaría bien ¿Donde viviría?

Marcaban las 5:33 en el reloj de la estación cuando se bajo del tren, este se había retrasado un poco, pero tampoco mucho, lo normal, así que iba bien de tiempo. Subía por las escaleras que le llevaban hasta la salida cargando con su maleta, iba tranquilo. Cuando fue subiendo más divisio quien supuso que era Belphegor, a medida que se acercaba lo veia mejor y pensaba lo diferente que se veia vestido con ropa de calle.

- Pareces otro vestido así. - dijo nada más llegar a su lado soltando la maleta con cuidado en el suelo. Le miró de arriba hacia abajo,como un escaner y luego asintió. - No esta mal tu ropa, pero con la fama de pijo que tienes, pensé que vestirias más de otra forma. -

Volvió a coger la maleta en peso y miró a ambos lados de la calle, preguntandose hacía que dirección tendrían que ir ahora que había llegado. Miró al rubio de reojo, realmente estaba bien asi, le gustaba así ¿Para que negar la evidencia?

- ¿Y bien? ¿Ahora que hacemos, señor anfitrión? - Y le sonrió levemente de medio lado sin apartar sus orbes azules de las ajenas que se ocultaban tras ese flequillo rubio.

Los pocos minutos que tardó el otro en llegar se le hicieron eternos, mucha gente lo miraba por su estilo de llevar el flequillo tapándole los ojos pero simplemente ignoraba esas miraditas y a veces comentarios. Sonrió cuando vio llegar al otro y también el rubor invadió las mejillas al verle vestido de esa manera, y no pudo evitar reír por el comentario de que se veía diferente.

-¿Que parezco otro? ¿Te has visto tú?- le miró de arriba abajo sin que el otro se pudiese enterar gracias a aquel pelo que tenía en la cara.-¿Un pijo?.. por ser rico no hace falta que vista como un pijo.- no dijo nada de su halago por como le quedaba la ropa, le había gustado que le dijera eso y también subido el ego. Volvió a mirarle como si le inspeccionara..¿y tras esa ropa tenía ese cuerpo? agitó la cabeza violentamente, queriendo quitarse esos pensamientos ¡Por favor! que encima tenía que pasar con él dos días.

-A ti te queda bien la ropa que llevas.- dicho esto, para ocultar su rubor se dio la vuelta y empezó a caminar hacia una dirección.-Espero que mi familia y criados no te molesten mucho, se ponen pesados a veces.- guardó ambas manos en los bolsillos, mirando de reojo a Viper mientras caminaba.-Es media hora de camino.- de repente pasaron unos compañeros de su clase, que se les quedaron mirando extraño, como si no los reconocieran y luego aligeraron el paso... claramente sorprendidos. El rubio no pudo evitar empezar a reír con ganas, muchas ganas. La cara de esos era irrepetible.

No reia ante los comentarios, pero si que sonreia levemente dando a entender que los comentarios le parecian divertidos. Era bastante extraño verle sonreir estando con alguien, pero si tenía que estar todo un fin de semana con el rubio, pues tendría que sonreir un poco la menos.

- Yo tengo mis razones por las que visto así y gracias igualmente. - dijo echando a andar él también y caminando junto a Belphegor. Ante los últimos comentarios comenzo a imaginar que la casa del rubio debía de ser enorme, posiblemente seria una de esas mansiones, esta idea se hizo más fuerte en su mente al ver hacía la dirección en la que se dirijian. Iban hacía el barrio más caro y lujoso de toda la ciudad, donde pocos podían vivir alli.

Entonces fue cuando también vio a sus compañeros de clase, Viper por su parte ni los miró y se quedó totalmente serio mirando al frente con cierto aire de superioridad en su forma de caminar y de mirar hacía adelante. Aunque por lo general no le reconocian si no llevaba el uniforme, al verle con Belphegor supieron quien era.
Cuando pasaron de largo volvió la vista hacía Bel y le observo reir.

- ¿Qué es eso que te hace tanta gracia? - preguntó ladeando la cabeza, ciertamente no sabía de que estaba riendose el más alto.

-¿No has visto sus caras?- dejó de reír, se acababa de poner de muy buen humor por ese simple suceso. Casi nunca se encontraba con gente de su clase pero jamás se le habían quedado mirando con esa expresión, fue divertido.

Siguieron caminando y el barrio normal desapareció, ahora lujosas y caras casas presumían por todas las calles y había todo tipo de gente, los típicos ricos que se les había subido el dinero a la cabeza, los que aparentaban ser normales, los arrogantes y los simpáticos. Muchas personas saludaban a Belphegor pero este las ignoraba, iba enfrascado en sus pensamientos sobre Viper.-Aún no tengo ni idea donde vas a dormir.- pensó en voz alta, esperaba que su madre por él decidiese algo.

No tardaron mucho en llegar a la mansión, uno de sus mayordomos abrió la puerta y al pasar al vestíbulo allí estaba su madre. Era delgada y tenía muchas curvas, era más pequeñita que Viper incluso. Su cabello era largo, rubio y ondulado, le llegaba hasta la cintura.Sus ojos eran color verde claro, muy claro y bonitos. Iba vestida con un blanco vestido que le llegaba hasta las rodillas, era sencillo pero era de las telas más caras. Como no, intentó abrazar a Belphegor pero este se aparto, le daba asco el contacto, siempre se lo había dado. Después, la mujer fue a presentarse al peliazul y le dio las gracias por cuidar de su hijo, le dijo que Bel era un idiota y muy descuidado, que se alegraba que ahora tenía un amigo más atento que él. Le quiso enseñar la casa a Viper pero el rubio agarró del brazo al peliazul y lo arrastró a su cuarto, subiendo por las escaleras y entrando a un cuarto enorme, y oscuro porque tenia las cortinas que tapaban el sol, Bel soltó el agarre y corrió las cortinas.

-Bienvenido...- ojeó la habitación, estaban las cosas de Rasiel allí asi que él estaba en casa, pero no sabía donde estaría ahora... quizás había salido, si, sería lo más seguro.

A medida que iban avanzando y entrando más en aquel lujoso barrio, Viper se quedaba más atento a los edificios y también a las personas que pasaban por su lado, que no eran muchas ciertamente, pero nada más verlas se distinguia el gran poder economico que estas poseian. Al llegar a la casa del rubio quedo bastante sorprendido, pero se mantuvo serio, no sin mirar curioso al mayordomo que abrio la puerta y por supuesto a la madre de Belphegor.

Le encontraba un gran parecido a su hijo, salvo por los ojos, pero la mujer, a pesar de ser bastante mayor seguramente, se mantenia muy bella, cuando se le presentó, Viper fue totalmente educado y cortes con ella, hablandole en un tono suave y agradable, sonriendole en todo momento. Se comportaba exactamente igual que con los profesores en la escuela o con los clientes en la tienda en la que trabajaba; una bonita sonrisa carismatica y unas palabras adecuadas delante de estos y el fin de semana transcurriria sin problemas.
Cuando la madre del rubio fue a enseñarle la casa, cosa que le hubiese agradado, pues le impresiono bastante, fue arrastrado por Belphegor y llevado hasta su habitación.
Al llegar dejo la maleta en el suelo y tomó asiento en la enorme cama que este poseia. Sintió un poco de envidia porque él tenia esa cama enorme y por el contrario, el peliazul tenia una simple cama que casi se le estaba quedando pequeña.

Con toda la confianza se tumbó tirando los brazos, quedando estos sobre su cabeza, a causa de esto su camiseta se subio levemente, dejando ver un poco de la piel de su vientre. Cerrando los ojos suspiró y luego los abrio.

- Que enorme es tu casa... - comentó mirandole desde la cama tumbado. - Y tú cama es muy cómoda. -

Suspiró mirando al exterior.-Luego te llevaré a dar un paseo por la casa...- abrió las ventanas, estaba algo acalorado y le gustaba sentir el viento en su cuarto. Se giró y miró a Viper, tumbado de forma descarada en la cama, sonrió de lado ya que se estaba acordando del momento que tuvieron en la enfermeria que casi se besaron. Se puso a cuatro gatas en la cama, mirándole fijamente y agachando la cabeza a la suya. Empezó a acariciarle la mejilla con los labios y luego rozó los labios ajenos también sin llegar a beso, antes que le diera tiempo a reaccionar se apartó y quedó sentado en la cama.-Mi venganza.- sonreía, estaba un algo sonrojado ya que por un momento tuvo ganas de besarle de verdad, pero ignoró esos instintos.

-¿Quieres hacer algo? tengo algunas consolas o bueno, podemos ir al jardín...- todo esto mostraba lo poco que sabía tratar a un invitado Belphegor, era la primera persona que se tumbaba en aquella cama después de él, y le resultaba extraño. Sin recibir respuesta encendió la televisión, poniendo el canal de anime. El capitulo que daban ya lo había visto pero lo dejó... seguro que no daban nada más interesante.-¿Que te gusta hacer en tus ratos libres?- no quería parecer interesado en él, pero se veía a la legua que si lo estaba.

Cansado de estar sentado se tumbó apoyando la espalda en una almohada mullida.-¿Algún día podré ir a ver a tu casa?- notaba que estaba haciendo demasiadas preguntas, se sonrojó y desvió la mirada. Con las chicas Belphegor siempre se mostraba directo, iba al grano y no dejaba tiempo para hablar... en cambio con Viper estaba siendo diferente, pero, él era un hombre... seguro que estaba confundido, era eso.

Volvio la cabeza al notar como el rubio se colcaba sobre esta, quedo bastate sorprendido cuando se puso a gatas sobre él, rozando de aquella forma su mejilla y sus labios con los suyos, provocando que toda la piel de su cuerpo se herizase. Involuntariamente entreabrio los labios ante el suave rocé, entrecerrando levemente los ojos. Se encontró a si mismo deseoso de que le besase, pero se separo, haciendole sentir frustrado.

- Esto no quedara así. - susurró cuando este se separó, levantandose un poco para quedar sentado. Miraba de nuevo todo a su alrededor, como si fuese un crio curioso. Le oia preguntarle insistentemente; 'Si que esta interesado por mi' pensó mirandole dejando de lado su momento curioso, para volverse a donde Belphegor y tomar asiento con total confianza junto a él.

- Haces muchas preguntas ¿No crees? - dijo como si tal cosa mirando la televisión. El peliazul también era aficionado a ver ese canal, y sabía que muchos de los anime que pasaban a esas horas eran repetidos de temporadas anteriores, así que miraba sin mucho interés. - Primero; me da igual que hacer, tú eres quien vive aquí, supongo que habras planeado algo. Segundo; en mis ratos libre también veo anime, escucho música, leo mangas, revistas y libros y si puedo voy a algún concierto, pero no muy amenudo, no soy rico como tú. - Le miró de reojo ante ese último comentario. - Y terceró y último; sí, podrás venir a mi casa algun dia, pero te advierto que no es ni la milesima parte de esta mansión. - Y después de toda esa retaila de respuestas a las preguntas del rubio se quedó callado, poniendo su atención nuevamente a la televisión.

Apoyaba su hombro en el brazo de Belphegor, quedando bastante cerca de este. Lo que había hecho no iba a pasarlo por alto, ya era algo personal y si llegaban a mayores, pues seguiria adelante.

Escuchó atentamente cada palabra suya, sonriendo en todo momento tiernamente, sobretodo en el comentario de que no era rico como él.-¿Cual es tu grupo favorito?- se agachó un poco y agarró el portátil que estaba en el suelo y lo apoyó encima de sus pies. Se había percatado que el otro estaba apoyado en él y por eso se ruborizó. Encendió el ordenador y esperó a que se encendiera el cual no fue un rato largo ya que era de última generación.

Ya que ambos parecían ignorar la televisión la apagó aburrido y se quedó durante un rato embobado con su fondo de pantalla, no era nada especial, simplemente una especie de fondo negro y un punto blanco pequeño en medio. No le gustaban los fondos de pantalla con fotos, así que decidió ponerle ese.-A mi padre no creo que lo veas este fin de semana.- comentó poniendo firefox rápido y echando una ojeada a facebook, miró las notificaciones pero no las contestó, ninguna, no quería que el peliazul se sintiera ignorado.

De repente entró un mayordomo, preguntando si deseaban algo.- Un batido de fresa..~ y fresas con nata, mucho azúcar.- estaba más que acostumbrado a esas intrusiones. El hombre hizo una reverencia y se marchó con la misma rapidez con la que había venido. Miró de reojo al peliazul, era imposible de creer que estuviera junto a él, la misma semana pasada no se lo hubiera creído, ni siquiera imaginado.-Tengo una cámara de fotos... querré sacarme fotos contigo ¿si?- sonrió levemente, lo decía con cierta ternura e ilusión.

Se quedó con el firefox abierto, esperando que el chico le respondiera a su pregunta, tenía una idea que esperaba que al otro le gustara.

- ¿Mi grupo favorito?... - mirando la pantalla del ordenador que comenzaba a encenderse se quedó pensando. Le gustaban muchos grupos asi que era una dificil decisión. - L'Arc~en~Ciel... - dijo después de un largo rato pensando y miró al rubio ladeando la cabeza bastante curioso, '¿Qué pensara hacer?'

Ante la noticia de que no veria al padre de Belphegor, tampoco dijo nada, al fin y al cabo no había ido hasta allí para ver a su padre, así que como respuesta se encojio de hombros.
Ciertamente, después de haber visto como entraba el mayordomo y le pedía todo aquello, se percato que la familia de Bel tenía que ser asquerosamente rica. Tenia un ordenador portatil tan nuevo que ni le había dado tiempo de verlo en los nuevos catalogos de las tiendas, y en cambio, el peliazul se confomaba con su pequeño ordenador de sobremesa que ya tenía sus años.
Se sintió a parte de envidioso, algo frustrado por lo que hizo una mueca con los labios un par de segundos.

- ¿Qué es lo que pretendes hacer con la música, las frasas con nata y mucho azúcar y una camara de fotos? - preguntó con su expresión de indiferencia, pero un tono algo más picaro en su voz. Ciertamente el chico rubio no quería hacer nada más que poner una canción que le gustase a su invitado, comer algo que en esta época del año que terriblemente caro y sacar unas fotos para la posteridad, y Facebook obviamente, sin mayor maldad, pero es que era bastante interpretable.
Se dejo caer aun más sobre él, no con intenciones de molestarle, solo de estar más cómodo si era posible.

Se sonrojó violentamente ante sus últimas palabras.-Cumplir mi fantasía sexual y luego violarte.- dijo totalmente en tono seco, hacia referencia a las palabras que el peliazul le había dicho ayer. Giró un poco la cara para que el otro viera su sonrisa perversa, aunque no concordaba mucho con su rostro color carmín.-Eres un maldito pervertido.- dijo algo más calmado y tomándose en broma sus comentarios.

Sus dedos teclearon rápidamente el nombre del grupo, al rubio también le gustaban, no hasta llegar a la adoración pero si lo suficiente. Entró en la página web oficial y fue a 'próximos conciertos'', había uno la semana que viene en Tokyo, justo el viernes.-¿Te dejarían venir tus padres a un concierto en Tokyo?- clickó al vínculo donde lo llevaban a la compra de entradas. Quedaban pocas, y de las más caras encima pero para la familia de Bel no suponía ningún problema.-Te invito a pasar de viernes a domingo a Tokyo e ir a ese concierto, en primera fila.- lo decía con un tono tan natural y alcanzable que daba a entender también cuan mimado estaba y cuanta libertad le dejaban sus padres. Puso que quería dos entradas y miró el precio, muy caro realmente y aparte que tendrían que ir en bus hacia allí y pagar aunque sea un hotel para dos noches.

El mayordomo sigilosamente entró en el cuarto y dejó el batido de fresa y las fresas con nata en la mesa, y tras decir un ''Que aproveche, señoritos'' y hacer de nuevo una reverencia se marchó. Bel ni siquiera le había contestado, y espontáneamente depositó un beso en la cabeza al peliazul.

El rubio se registró en la página ya que sino no podía comprarlo, decidió que a la hora de la cena se lo comentaría a su madre y le pediría la tarjeta para poder pagar todos los gastos.-Esta noche podríamos tenerlo todo preparado ya.-

Se le quedó mirando con una cara de completo idiota, fue alternando después de unos segundos la mirada de él a la pantalla; ¿En serio iba a invitarle a ir a un concierto de ellos? Aun mientras procesaba la información en su cerebro, el más alto le dio un beso en la cabeza, al cual reacciono sonrojandose levemente y llevando ambas manos a la zona donde le dio el beso.

- P-pero yo.. yo no puedo pagarte la entrada... n-ni.. - era increible ver como el serio e indiferente Viper, que parecia que no le alteraba nada en el mundo, tartamudeaba y miraba con sus enormes ojos azules abiertos como platos al rubio, añadiendo que sus mejillas estaban sonrojadas, dandole el aspecto de humano sensible que no solia tener. - ... Creo que tendre que cumplirte todas tus fantasias sexuales y dejar que me violes como cien veces para equivaler el precio de la entrada como minimo... - dijo volviendo a ser poco a poco el peliazul de siempre.

Ya volviendo en si, pero sin borrar una pequeña sonrisa de ilusión en sus labios, se abrazo a Belphegor por el costado, fuertemente.

- Gracias... - No estaba seguro de si le dejarian o no ir, pero fuese como fuese, iria, por nada del mundo se perdería un concierto de su grupo favorito y menos si era en primera fila. - ... pero hablando en serio, no tengo como devolverte el dinero de la entrada - dijo separandose lentamente sin dejar de mirarle.

No dejaba de sonreír, se dejaba abrazar y todo un algo ruborizado. Odiaba el contacto con otras personas pero ese que desprendía Viper le hacía sentir extrañamente bien, le mareaba esa mezcla de sentimientos y sensaciones.-N-no hace falta que me devuelvas el dinero... es un regalo.- cuando este se separó Belphegor se levantó de la cama dejando el portátil a un lado y agarró el plato de fresas con nata y el batido de fresas. Dejó el batido al lado de la mesita de noche para cuando el otro quisiera y se volvió a tumbar en la cama con el plato encima, dejando el portátil a un lado.

-¿Somos amigos ya?- preguntó repentinamente agarrando una de esas fresas, mojandola con nata y acariciando los labios de su compañero con ella. Después se la comió, manchándose las comisuras con nata, se relamió y volvió a comerse otra, lamiéndose los dedos después de eso. Le gustaban mucho las cosas dulces, y el rubio encima era muy, muy goloso. Gruñó al notar como sus dedos se quedaron pegajosos y siguió lamiéndoselos, queriendo que se fuera aquella sensación desagradable.

De repente se sonrojó, ya que lo que estaba haciendo de lamerse los dedos podía interpretarse muy mal y avergonzado se sentó dándole la espalda. Había llamado a Viper pervertido sí, pero a saber que pensaría él. De nuevo la idea de que se iba a ir con el chico a Tokyo le puso de buen humor, le gustaba verlo ''sentir'', emocionarse como lo había hecho ahora, y ya echaba de menos esa expresión en su rostro.

Hecho un vistazo al batido y a las fresas con nata, sabía de sobra que el batido lo había pedido especialmente para el peliazul, así que decidio que debería tomarselo cuanto antes o se podrian caliente y estaría feo, no le gustaba los batidos ni ninguna bebida caliente, incluso el café lo prefería beber frio.
En el mismo momento que fue a coger el batido, el rubio le mancho los labios de nata, quedandose algo perplejo se le quedó mirando como se comía el fruto, aprecía lo que disfrutaba bastante. Se relamió los labios y tomó el batido, bebiendoselo rápidamente.
Estaba riquisimo, o al menos eso le parecio, no tenia nada que ver con el sabor de los batidos de marcas blancas que estaba acostumbrado a beber en casa.

Ciertamente, al ver como se relamía los labios le hizo sonreir con cierta perversión mientras terminaba de beber el batido, por lo que el baso ocultó su pequeña sonrisa. 'Luego soy yo el pervertido' pensó y justo entonces vio como Belphegor se sonrojaba, parecia que se había dado cuenta de lo que estaba haciendo por lo que le dio la espalda.
Viper frunció el ceño y dejando el vaso en la mesita se acercó a este y rodeo su cintura con los brazos, apoyando la barbilla en su hombro.
Ambos cuerpos quedaron bastate pegados, creando una cálida sensanción de cercanía entre ambos.

- ¿No me vas a dar? No quiero quedarme con las ganas de comer una... - y dandose autopermiso, agarró una fresa llena de nata y se la llevo a la boca, comiendosela. - Hum~ Que rica. - Murmuró después de comersela relamiendose los labios lentamente.

Aquellos brazos que le rodearon le pusieron nervioso, bastante nervioso .-V-viper- sentía como el corazón se le salia por la boca de lo fuerte y rápido que palpitaba, tenía miedo que se escuchara, incluso las piernas le temblaron. Se sentía débil, muy débil, entre lo poco acostumbrado que estaba a los abrazos y que últimamente le pasaba algo extraño con el peliazul, no podía, no podía.

Se levantó bruscamente dejando el plato a un lado de la cama y lo miró completamente enrojecido desde arriba.-¡V-voy al baño!- y antes de que este pudiera decir nada con paso rápido salió de su cuarto y se metió en el baño, cerrando con pestillo. Le molestaba el estómago... sentía como una especie de cosquillitas horribles y la cara le ardía. Maldició en voz alta al peliazul y se lavó la cara con agua muy, muy fría y se miró al espejo. El rubor no desaparecía y ahora que se le veían los ojos ya que se había tirado el flequillo hacia atrás para lavarse el rostro parecía completamente una niñita. Se bajó el flequillo y hasta que no pasaron unos diez minutos no salió del baño, por lo menos ahora el rojo se había convertido en un rosa claro, y su corazón parecía más calmado...

Caminó hasta su cuarto y entró, se dejó caer sobre su cama bocaabajo al lado del peliazul, sin ni siquiera fijarse en lo que estaba haciendo.-Tuve que ir a hablar con mi madre.- se excusó de alguna manera, ya que era extraño que hubiera tardado tanto y se podría pensar perfectamente mal.-Viper...¿has tenido novio?- preguntó casi inconscientemente, se le presentó la duda de repente y la quiso preguntar. Le extrañaría que alguien como él no tuviera pareja en ese momento... sería extraño, pero, esperaba que la respuesta fuera que no porque le vendría un ataque de celos, y eso no lo sabía controlar delante de él.

Efectivamente no le dio tiempo de decir nada antes de que el más alto saliese casi corriendo de la habitación, quedandose allí sentado. Estaba bastante confundido por la reacción del muchacho, pero no le dio importancia, suposo que por como se había marchado y el sonrojo de las mejillas de este, no estaba muy acostumbrado al contacto físico tan estrecho con gente ''desconocida''.

Se tumbó en la cama boca arriba en una postura bastante sujerente, pero que para el peliazul era realmente cómoda, miro el plato y vio que aun había algunas fresas; 'Pues para mi~', pensó y sin pensarselo agarro el plato y devoro las fresas, degustandolas todo lo que pudo, no todos los días se comia una cosa tan exquisita.
Al terminar se relamio los labios y puso el plato junto al batido ya terminados ambos, quedandose alli tumbado bastante aburrido. Se dio la vuelta en la cama, quedando de lado y abrazó la almohada, que era grande, suave y mullida. Apretó el agarre a la almohada sonriendo divertido ante la sensanción que esta le produjo.
Cuando no se lo espero, Belphegor volvio y parecia no estar tan sonrojado, enseguida se tumbo en la cama junto a él y se le quedó mirando volviendo a adquirir una actitud normal en él, osea ser, serio.

La pregunta le sorprendió un poco, pues no venia al caso de nada, pero igualmente respondió.

- Si, he tenido un par de novios al igual que novias... - contestó frotando su mejilla de forma incosciente sobre la almohada enorme que abrazaba. -... ¿A qué viene eso?. - comenzaba a molestarle que Bel hiciese tantas preguntas, así que se incorporó un poco, volviendo a quedar sentado y se le quedó mirando seriamente. - Belphegor, si lo que quieres es que folle contigo, no te andes con rodeos, dandome regalos caros, lanzandome indirectas o preguntando cosas como estas. Prefiero las cosas claras. - dijo muy muy serio, casi en tono enfadado, porque ciertamente la gente así le molestaba y parecía que en especial él.

La voz del peliazul retumbaba en su cabeza, dandole martillazos, sin saber bien porqué, esas palabras le dolieron, y mucho.-Yo hago estas cosas, porque quiero, y sé que te gustan. Yo no lo hago para nada más...¡Yo no quiero hacerlo con un hombre!- sonrojado oculto la cara entre sus brazos. Le dolía que por una vez que intentaba tratar bien a alguien le soltase eso. Después de todo era verdad que no sabía tratar con las personas.

-Te trato bien... porque eres mi amigo.- parecía más bien hablar con él solo que con el peliazul, ya que hablaba en murmuros y ni siquiera lo miraba a la cara. Algunas cosas se las calló como por ejemplo ''Y creo que me gustas'' pero a consecuencia de pensar eso el color rojo volvió a sus mejillas inesperadamente y se removió.-No hacía falta que dijeras esas cosas crueles..- se giró un poco, ahora mirándole, el flequillo se le había levantado al tirarse antes en la cama y se le veía completamente todo el rostro.-¡Idiota!- se cubrió la cara con las manos, queriendo ocultar su cara ruborizada.

Deseaba que su cama se lo tragara de la vergüenza, jamás le había pasado eso con nadie, solía ser más amenazante y no se mostraba tan pasivo y tan crío como lo estaba haciendo con el peliazul. Le daba rabia su propio comportamiento, estaba tan...cambiado que ni él mismo se reconocía.-Lo siento.- de tan idiota que se veía dijo esas dos palabras.

Se había ido al baño antes para relajarse, y ahora estaba exactamente igual que antes, con el corazón que se le salía por la boca y que palpitaba a más no poder, se llevó una mano al pecho, apretando como si de esa manera se fuera a calmar.

No esperaba para nada aquella reacción, hubiese preferido incluso que le golpease, pero.. ¿Eso? Le dejo totalmente en shock, agarrando un poco más fuerte la almohada que tenía entre los brazos. Trago saliva un par de veces, sintiendo un nudo en el la boca del estomago se le formaba y no le dejaba hablar, y expresar que se arrepentia de lo que acababa de decir.
Ciertamente escasas personas le trataban bien porque le considerasen un amigo, y los demás que hacían esa clase de cosas era porque querían terminar con él en la cama.

- O-oye, perdona... - murmuró inclinandose un poco hacía él, apoyando una mano en su cabeza, acariciando de esta forma su cabello. - Pero es que no estoy acostumbrado a que me traen bien porque me consideren un amigo, la gran mayoría que se acerca a mi son con intenciones de hacer esa clase de cosas.. - por suerte su voz recuperó un tono seguro, aunque el nudo aquel en su interior no desaparecia y era una sensanción realmente desagradable. - Malinterprete tus acciones, de verdad, perdoname... -

Estaba muy arrepentido de haber sido tan brusco, a partir de ahora intentaría no serlo tanto, al menos con el rubio. Seguia acariciandole el cabello con dulzura, esperando que eso le calmase y le demostrase sus sentimientos de disculpe. Terminó por tumbarse a su lado sin parar de jugar con su cabello, quedando de nuevo bastante cerca de él, pero ahora estaba tranquilo, porque sabía que no iba a pasar nada. Bueno, eso creia por ahora.

Como respuesta, sus dedos acariciaron las mejillas de este, y después también empezaron a juguetear con las hebras azules de su cabello, a pesar de estar teñido era suave, muy suave y daba gusto al tacto.-Te perdono.- sonrió levemente y le besó en la frente, agradecido porque alguien le tocara así el cabello. Tampoco estaba acostumbrado a esa clase de tacto, pero era realmente agradable y le adormecía. El rubor en sus mejillas no se iba, aunque era más leve.

-Lo siento por no saber que hacer cuando tengo invitados...- desvió la mirada un momento, avergonzado. En la escuela siempre daba la impresión de saber siempre que hacer en cada momento, y siempre parecía decisivo y el líder... y en cambio ahora se estaba reduciendo a nada, a un simple comportamiento de niño pequeño.

-¿Y que soy yo para ti?- preguntó repentinamente, Belphegor ya había dejado claro que consideraba al peliazul como un amigo (bueno, algo más, pero en fin.) y sentía curiosidad de saber que sería para Viper... si había aceptado ir a su casa, y todo ¿algo de amistad hay no? o eso esperaba.-Mh..- continuaba jugueteando con los cabellos de este, entretenido y embobado con el color azul.

Se preguntaba que pasaría si ahora entrara su madre, o su propio gemelo... este último pensaría de lo peor y se reiría de él para toda la vida, pero su madre se alegraría por tener un amigo... suspiró, que madre más inocente tenía, ahora que lo pensaba detenidamente. No se parecía en nada de carácter a ella, ambos gemelos en realidad su personalidad era bastante única y cruel en la familia, no entendía como los mimaban tanto a pesar de portarse tan mal.

Que le acariciasen de esa forma era su perdición, le encantaba la sensanción de relajación que sentía cuando alguien acariciaba su cabello. Una sonrisa leve se formo en sus labios y entrecerró sus azulados ojos, estrechando la mirada.

- ¿Para mi?... También puedo considerarte un amigo, si no, no habría explicación lógica a que hubiese aceptado a venir a tu casa. - su voz era suave y en un tono nuevo que nunca había dejado oirse delante del rubio. Un tono de voz dulce pero tranquilo. Incoscientemente se pego un poco más al cuerpo ajeno en busca de que Belphegor continuase acariciando su cabello de esa forma. Suspiró de manera suave, casi como si ronronease, fue un ruido un tanto gracioso.

Siempre le había sorprendido hasta que punto podía gustarle aquella sensanción, aunque sentía que en parte era diferente, pero no le dio importancia, lo hachaco a que era una cama y una casa desconocida, por eso esa especie de nerviosismo leve en su vientre. Apoyó ambas manos en el pecho ajeno, agarrandose a su camiseta y cerrando por completo los ojos.

- Has encontrado mi punto más débil... - murmuró desde aquella posición, sus rostros estaban bastante cercas, pero a una distancia prudente el uno del otro. Se preguntaba que pasaría si derepente entrase alguien y les viese allí tumbados tan juntos, realmente se podría malinterpretar terriblemente mal.

El calor del cuerpo ajeno le adormecía, olía tan y tan bien que podía pasarse horas así y ni siquiera se daría cuenta. Aquel extraño ronroneo ajeno le provocó que sonriera con ternura. Le hacía gracia como un chico que siempre era frío e insensible con todo el mundo podía estar ahora así, observaba cada rasgo de su cara con detenimiento, como si buscara memorizarlo.

Su corazón volvía a palpitar con fuerza y nerviosismo, y que encima estaba a unos centímetros de él, podía ver sus labios, la tentación era muy grande e incluso hizo ademanes de acercarse para besarle, pero se detenía siempre a tiempo, tenía que controlarse y no dejarse llevar por sus instintos. Se mordió el labio inferior y continuó con sus caricias, le gustaba ver a Viper así tan...tan sumiso.

De repente, la puerta se abrió sin picar ni nada.-¡Oh! ¡L-lo siento!- la voz de la madre resonó por toda la habitación, estaba sonrojada al verlos así.-¡Lo siento Belphegor! solo quería saber que queríais de cenar, bueno... os haré ¡Pasta! ¿vale?- y aún con ese rojo cerró la puerta violentamente. Mientras bajaba por las escaleras se encontró con su otro hijo, Rasiel.-¡Siel! dormirás en la habitación de invitados hoy... las criadas ya te llevaron el pijama, portátil, todo allí para que te sientas a gusto. El amiguito de Bel dormirá con él... tú hermano está muy moderno últimamente.. ¡Tú no me salgas gay! ¡Quiero nietos!- dicho esto continuo bajando las escaleras, dejando a Siel como una piedra porque no entendía a su madre, pero tal como le había dicho se fue a la habitación de invitados, meditando en las palabras de su madre.

Belphegor se había quedado de piedra al ver a su madre entrar que ni se había movido de su posición.-Vi-viper.. mi madre ahora se pensará que eres mi novio...- ruborizado y aún shockeado miraba hacia la puerta por la cual se había marchado la madre.

A causa de la repentina entrada de la madre, Viper dio un salto incorporandose un poco, por desgracia era bastante asustadizo si le pillaban tan relajado como estaba en esos momentos. Sus mejillas también se ruborizaron al ver a la mujer en la puerta. Se mantuvo quieto hasta que se fue, dejandose caer en la cama de nuevo, respirando de nuevo.
Cuando escucho las palabras del rubio se echo a reir como solo hacía cuando estaba a solas, al situación le había dejado tan nervioso y asustado a ambos que solo supo reaccionar de esa forma, a parte de que vio la cara de susto que Bel tenía y no pudo hacer otra cosa que reir a carcajada limpia, con una risa contagiosa como la de los bebés.

- Casi se nos sale el corazón por la boca... - dijo parando de reir y secandose con el dorso de la mano varias lágrimas que se le habían escapaso de tanto reir. - Bueno tampoco es tan malo que piense eso, mis padres saben que soy bisexual. - dijo con total naturalidad.
Ahora estaba tumbado boca arriba con la cabeza ladeada hacía la dirección donde estaba Belphegor y las manos, una sobre el pecho y la otra en el vientre apoyadas. Algunos cabellos se colaban por su rostro, pero parecia no importarle ese hecho.

Recuperada ya la respiración normal volvio a colocarse de lado, vuelta a estar bastante cerca del muchacho rubio.

- Ahora se sincero, ¿Nunca has pensado en liarte con un chico? No es tan malo como imaginas, lo digo por experiencia. - comentó con cierto interés.

Miraba a Viper reír con los ojos como platos incluso se le contagió algo de la risa del menor. Cuando dejó de reír los nervios del momento y la tensión habían desaparecido. La cara de su madre sería imborrable de su memoria. Seguro que el domingo cuando se marchara el peliazul le abatía a preguntas, que asco.

-Que tus padres lo sepan no significa que mis padres piensen que soy gay, yo soy hetero.- ni él mismo se creía estas propias palabras, ya que estos días tenía dudas sexuales, y no creía que los solucionara pronto, sobretodo desde ayer que vio porno y no se le levantó nada. Solo era un bache, o esperaba, una etapa que tenían todos los adolescentes.-¿Como sabes tan seguro que eres bisexual? eres joven.- le miraba con curiosidad. Él pensaba que si algún día le decía a su padre que le gustaban los chicos, y lo desterraba de la familia.

Dio un respingo al escuchar la pregunta de este, y se ruborizó.-No, no lo he pensado nunca... Te dije que no me atraen ni me interesan los hombres.- solo he imaginado que te follaba, quiso añadir eso, pero se calló, y la sangre se le subió a la cabeza, le ardía. No tenía ni idea de como demonios podía hablar el otro con esa tranquilidad.

Y al verlo tan cerca su corazón volvió a molestarle, ojala se callase pronto, le dolería el pecho como siguiera así.-Solo me he liado y he tocado a mujeres.- dijo tímido.

Permanecía quieto sin dejar de mirarle con una sonrisita que había pasado a tener cierto matiz picaro a causa del tema de conversación. Le hacía gracia ver las reacciones del rubio ante el tema.

- Se que lo soy porque lo he probado ya con varios chicos, al igual que también estuve con chicas, me di cuenta de que me gustan ambos. - dijo tranquilo a diferencia de su amigo, Viper estaba la mar de relajado a pesar de lo que estaban hablando. No tenía de que avergonzarse, siempre pensaba que a lo hecho, pecho.
Tampoco iba a ganar nada mintiendole al chico, así que se lo contaba de primera mano él antes de que se enterase de cosas erroneas por otro lado.

- Bueno si eres hetero no voy a poner objeciones a ello, además, el rarito soy yo en todo caso. - bromeo para quitarle hierro al asunto y se quedó en silencio. - Si en algún momento te molesta que este tan cerca, dilo y me aparto ¿De acuerdo? - dijo por último, ya que estaba notandole demasiado nervioso, y posiblemente no fuese solo por el tema, sino pensó que también era por lo que acababa de decirle.

Tras esa pequeña conversación se quedó en silencio total, pero no un silencio tensó, sino uno más bien tranquilo, de esos silencios que uno siempre agradece y dan pena romper. Miraba el rostro del chico, era bastante apuesto ahora que se fijaba bien y de muy cerca. Ya sabía desde antes que Belphegor no era ningún chico del montón, pero no le había puesto interés alguno ni si quiera en mirarle.
Inscoscientemente se relamio los labios como un acto reflejo ya que se le estaban quedando secos y sin saber muy bien porque las ganas de besarle floreció de nuevo en su pecho con una fuerza renovada.
Sin pensarselo entrecerró los ojos y se dejo llevar por su instinto; acercó lentamente su rostro al del chico rubio y posó sus labios sobre los suyos en un contacto suave.