Si Belphegor y Viper fuesen estudiantes de instituto~

Le miró con una ceja arqueada ante los últimos comentarios, le hacía gracia también escucharle hablar sobre ese tema que para muchos era algo vergonzoso, como para Bel... ¿Que ya lo había probado con varios chicos? ¿Y que con chicas? de nuevo las punzadas de celos ardientes aparecieron en él, pero los ojos azules intensos y la voz de Viper extrañamente le calmaba. Asco de celos.

-No me molestas, tranquilo.- respondió en seguida ante lo segundo, no quería que el chico se sintiera incómodo, y aparte.. no le desagradaba su presencia, pero no lo aceptaría, por lo menos en ese momento no. En realidad era la primera persona que se acercaba tanto a él de esa manera y no le pateaba. Cuando el rubio se liaba con las tias muchas veces se sentía incómodo por ese contacto, pero lo ignoraba. Aunque a veces en la mitad de un beso Belphegor empujaba a la muchacha bruscamente por el cambio de humor.

Pareció que se cansó de hablar de este tema, Bel se acomodó tranquilamente y se le quedó mirando al peliazul fijamente. De nuevo aquel olor le estaba embriagando y embobando, le adormecía. Repentinamente veía cada vez más cerca al ojiazul hasta que... notó como sus labios tocaban los ajenos. Estremecimientos inocentes y cosquilleos en el vientre empezaron a surgir por el cuerpo del rubio, pasó un brazo por encima, apoyando suavemente la mano en la cabeza ajena y presionando un poco, obligandole a profundizar el beso. El corazón de Belphegor se disparó. Estaba correspondiendo a Viper, incluso intensificando ese beso. No lo apartaba como tendría que reaccionar

Al notar como correspondía el beso, se pegó lentamente más a él, apoyando ambas manos su las mejillas ajenas. Acariciaba estas con los pulgares, con caricias lentas y suaves. Notaba como Belphegor quería intensificar el beso, pero solo le dejo que lo hiciese un poco, queria degustar el sabor de los labios ajenos, que se mezclaban con el suyo propio y el de las fresas que hacía poco tiempo se habían comido.
Sentía como el cosquilleo en su vientre crecia a medida que el beso ocupaba aun más segundos, era un sensanción agradablemente adictiva, por lo que profundizo el beso un poco más, introduciendo la lengua en la boca ajena y jugando con su lengua sin ser brusco.

Dejando escapar un suave jadeo a causa de la falta de aire, se separó unos milimetros, sus mejillas estaban sonrojadas, y aun acariciaba el rostro ajeno.
- Disculpa... me deje llevar. - susurró sobre los labios del rubio, casi como una provocación intencionada, pero no era así. Apartó las manos de su rostro y se alejo un poco de él, abrazandose a si mismo.
Se sentía aun extraño por haber hecho aquello, y esperaba que Belphegor no fuese a enfadarse mucho, aunque por como había correspondido el beso, dudaba que fuese a hecharle mucha bronca.
Sonrió entonces mentalmente al recordar las palabras que dijo; 'Para que no le interese los hombres, se dejo besar de forma bastante entregada' pensaba sin mirarle, con las mejillas aun sonrojadas.

Jamás había dado un beso como ese, que al principio fuera tierno y luego que se intensificara de esa forma pero sin tener ni un ápice de perversión. Rozar la lengua ajena le había erizado la piel completamente. Hizo un quejido cuando se separaron ambas bocas, quería continuar besandole, quería besarle de nuevo. Se quedó con la boca abierta, respirando lentamente y con las mejillas ruborizadas. Se pasó un dedo por los labios de forma lenta y luego se los relamió, degustando los restos de los labios del peliazul.

Le miró fijamente con los ojos entrecerrados, con algo de timidez, realmente estaba adorable... tuvo que controlarse para no ser ahora él quien se lanzara sobre su boca, sino rompería y contradeciria las palabras que había dicho hace un momento.-No.. has estado mal, no.- mejor que eso, no sabía como decirle que ese beso había sido perfecto para él. Apoyó una mano en la mejilla ajena y empezó a acariciarla con la yema de los dedos, dibujando cosas abstractas e inconscientemente llevando el dedo índice a sus labios, acarició estos últimos con suavidad, mirándolos fijamente para recordar el beso de hace apenas unos segundos.

De nuevo aquella sensación en el vientre, se movió un poco pero no apartó la mano, acariciaba los labios finos de este y luego continuó acariciándole las mejillas haciendo redondas con la yema.-N-no te disculpes.- dijo de repente al recordar las palabras de este, que no se había acordado de contestar de lo embelesado que estaba. Ni siquiera ninguna chica le había hecho sentir eso, ese cosquilleo en el vientre ninguna mujer lo había conseguido. Se sentía bien, muy bien, mejor que bien.

Cerró por completo los ojos al notar como acariciaba su mejilla y luego sus labios, ahora la escena sí era lo que parecia. Se mantenía quieto abrazadonse a si mismo y disfrutando de las caricias que le estaba proporcionando el chico. Eran tan suaves e incluso cariñosas que provocaba que el cosquilleo que sentía en el vientre no desapareciese, sino que incluso se intensificase más.
Resopló lentamente, sintiendose algo frustrado por esa mezclas de sensanciones, sabía que no era bueno que sintiese aquello, porque ya conocia la sensación que estaba experimentado su propio cuerpo, era la sensanción de desear a alguien.

Abrió los ojos y clavo estos en la mirada ajena a pesar de encontrarse oculta tras su cabello. Se mordió el labio inferior levemente, y llevo su mano hasta la ajena que acariciaba su mejilla, agarrandola con poca fuerza pero con firmeza.

- Bel, para... - murmuró sin titubeos y sin apartar la vista de él. - Será mejor que pares o no podre controlarme más... - maldita sea, volvio a apartar la mirada mordiendose el labio aun más. Comenzaba a sentirse ansioso. Ansioso de volver a besarle pero con más fuerza y de acariciar su piel bajo la ropa.
Por pensar eso se pateo mentalmente; 'Soy un depravado pervertido...' se dijo a si mismo en la mente, volviendo a mirar al chico. Aun agarraba su mano y no pensaba soltarla.

- Incluso creo que es mala idea que haya venido... Sabía que esto podría pasar. - dijo, soltando por fin su mano y alejandose un poo más de él. - Tú eres hetero y me tacharas de depravado y pervertido por todo esto. - para qutarle hierro al asunto sonrió levemente.

Gruñó al notar que el chico le detenía, quería seguir acariciando su suave y apetecible piel. Será mejor que pares o no podré controlarme más... esas palabras fueron demasiado para Belphegor, de nuevo le vinieron a la mente las fotografías eróticas que el peliazul subió al facebook el día anterior y que tenía guardadas en el ordenador. Las piernas le temblaban levemente e inconscientemente se acercaba al chico, con la boca entreabierta.

-Me gustas.-

Esas palabras que nunca había dicho a nadie habían salido de su garganta como si fuera lo más normal en su día, fue un impulso de querer decírselo, de querer decirle todo lo que sentía por él desde el momento en que lo vio maltratado por sus compañeros, que no había podido dejar de pensar en él, que esos tres días no se había ido de su mente.

-Me gustas, Viper.-

Volvieron a florecer las palabras a las que el rubio siempre había tenido miedo de alguna manera, él mismo siempre había hundo de esas declaraciones, cuando alguna chica ni siquiera acababa su frase Bel ya se había marchado, inconscientemente jamás quiso escuchar esas palabras de ninguna boca, porque no se las creía simplemente. Aún nadie le había demostrado de verdad esa especie de cariño.

Cuando tomó consciencia de lo que había dicho se ruborizó y le dio la espalda a Viper, todo su cuerpo temblaba de los nervios y que seguro que venía un rechazo directo del peliazul y se reía de él por las palabras de antes, tenía miedo. Tendría que haberse callado...

Quedó en total shock al oir las palabras del rubio; ¿Le gustaba?, ¿Pero no dijo que los hombres no le interesaban? Entonces se percato de que muy posiblemente le hubiese estado mintiendo en ese tema para que no se sintiese coaccionado o presionado. Un rubor sonrosado se posó en las mejillas del peliazul y desvió la mirada a otro punto de la cama evitando mirarle.
Sus palabras resonaban en eco dentro de su mente.
Y era extraño, porque a él siempre se le habían declarado muchas personas, chicos y chicas por igual, pero nunca se había sentido tan afectado por esos palabras hasta aquel momento.

Cuando este se dio la vuelta, dandole la espalda, tragó saliva y apoyo la mano en su espalda, acariciandole lentamente.

- No tienes que temer... No voy a reirme de ti ni a decir nada malo al respecto. - le susurró al oido, acercandose tanto a él, que su pecho quedó pegado a su espalda.
Entonces se separó un poco e hizo fuerza para que se diese la vuelta y le mirase, para que viene que sus palabras eran ciertas. Nunca se había reido de nadie cuando se le hubieron declarado, simplemente si no quería nada con dicha persona, se comportaba correctamente y la rechazaba escojiendo las palabras adecuadas para no romperle el corazón, o al menos no hacerlo con tanta fuerza.

Se dejó cuando el otro empezó a acariciarle la espalda, era agradable y de algún modo le calmaba los nervios y poco a poco dejaba de temblar, aun así sentía el corazón en la boca. Le daba miedo mirarle a los ojos por ver cualquier expresión de burla o de rechazo, tsk... tendría que haberse callado, no quería que se sintiera incómodo ni nada, y lo que había dicho era la mejor forma de hacerle sentir así. Suspiró. No tenía ni idea de que hora sería... pero seguro que no faltaba mucho para que los llamaran para bajar a cenar. Solían cenar bastante pronto, manías de su madre.

Que Viper se le pegara tanto no le importó, le gustaba ese contacto, y repentinamente le giró a la fuerza, quedando este tumbado bocaarriba y mirándole con timidez, sus mejillas estaban tiernamente ruborizadas dando a su piel un tono rosado, sus manos se agarraban con a su propia camiseta para auto controlarse y no lanzarse encima del muchacho, tenía ganas de rodearlo entre sus brazos.

De repente entró su mayordomo, y tras hacer una reverencia a modo saludo les avisó que la cena estaría lista en diez minutos y que bajaran dentro de dichos minutos, también les dijo que la madre de Bel estaba ilusionada de cenar con ambos y que había spaguettis a la boloñesa y como postre había entre macedonia y helado, y que la señorita Isabelle venía a cenar con ellos (la amiga fotógrafa de su madre). Después de decir esto, hizo una reverencia y se marchó. Bel ni siquiera se asustó, sabía que su mayordomo solo venía para avisarle y que era como un robot más o menos. Soltó una mano de su camiseta para acariciar de nuevo el rostro del peliazul con suavidad y ternura.-Lo siento por lo de antes...- murmuró con vergüenza y sonrojado.

Puso su atención durante el poco tiempo que estuvo el mayordomo en este, que les anuncio que pronto la cena estaría lista. La verdad era que no tenía mucha hambre, pero si en esa casa se cenaba tan pronto, tendría que aguantarse e ir a comer junto a Belphegor. Cuando volvieron a estar solo miró al rubio y le sonrió, pasando su mano por la mejilla de este y acariciandola con el pulgar de forma lenta y pausada.
Tenía una piel suave casi igual que si cabello, así que era una sensación muy agradable.

- No tienes de que disculparte, no has hecho nada malo. - murmuró en tono tranquilo sin dejar de sonreirle levemente. Sabía como debía de tratarle para que este no se sintiese tan dolido si le rechazaba, pero lo alarmante era que no deseaba rechazarle. Era un sentimiento bastante confuso. Se mantuvo acariciandole la mejilla quizás uno o dos minutos más, pensando e intentando aclarar ese sentimiento extraño que se había formado repentinamente en su cabeza. 'Quizás es que también me gusta', se decía mentalmente, pues no encontraba otra soluición lógica a ello.

Terminó aceptando que muy posiblemente eso fuese cierto, así que decidió arriesgar y se incorporó un poco en la cama, inclinandose sobre el rostro de Belphegor. Atrapo sus labios en un nuevo beso, suave y dulce, incluso con cariño, sin romper el contacto de su mano con la piel del rostro ajeno. Por más que pasaban los segundos en el beso, esa sensanción de cálidez en el vientre no se iba, y eso solo quería decir que también le gustaba, pero por el momento, no se lo diria.

Movió la cabeza un poco al notar la mano en su piel, a pesar que su mano era pequeña le gustaba el calor que desprendía, ronroneó incluso... ese tacto le adormecía y relajaba como si fuese un animal. Sonrió levemente sin dejar de mirar al peliazul, estaba algo confuso porque estaba esperando una respuesta y no se la estaba dando, los nervios se lo comerían por dentro como tardara demasiado en responder.

Espera... de nuevo se encontraba besandole, correspondió en seguida de forma tierna pero dejando ver un poco de ansías, alzó los brazos y lo rodeó, acercándolo aún más a él intensificando el beso poco a poco. Humedecía los labios ajenos con la propia lengua y luego la introdujo en la cavidad de este, tocando a la otra y jugueteando con ella mojandola de su propia saliva. Entrelazó los dedos de la mano izquierda con los cabellos azules de este mientras le besaba, e inconscientemente cerró los ojos dejándose llevar. ¿Sería eso una contestación? ..¿Afirmativa? animado por la idea mordisqueo el labio inferior ajeno y volvió a besarle apasionadamente esta vez, queriendo saborear por completo la boca de Viper. No le soltaba, lo mantenía apegado a él y ni siquiera tenía noción del tiempo y no le importaba nada.

Estaba sintiendo tantas y tantísimas cosas con ese simple beso, su cuerpo subía de temperatura de forma alarmante y todo parecía que se había parado y solo existían ambos en ese cuarto, le parecía interminable ese momento. Le daba igual que dentro de poco tenían que bajar a cenar, como si alguien abría la puerta ahora mismo, lo ignoraría simple y llanamente.

-Viper...- suspiró en los labios de este separándose unos milímetros y volviendo a besarle esta vez con algo más de dulzura y ternura, queriendo de alguna manera expresar todo lo que estaba sintiendo. La mano que jugueteaba con los cabellos ajenos tomó la del peliazul y la posó en el pecho de Belphegor, queriendo que notara las palpitaciones de su cuerpo.

No le sorprendio que le correspondiese de aquella forma, y por el contrario, se dejo llevar por las ansias del otro, correspondiendole casi de la misma forma pero sin perder la dulzura inicial con la que hubo comezando el beso.
A medida que el beso se intensificaba, en su cuerpo la temperatura comenzaba a subir irremediablemente, por lo que quería sentir más contacto físico con el cuerpo ajeno.
Se subió sobre él colocando cada pierna a un lado de su cuerpo siempre sin romper el beso y jugando ansioso con su lengua, en una danza delirante y lujuriosa.

Jadeo de manera suave al sentir como se separaba y le nombraba. Sus mejillas estaban teñidas de rojo a causa de la falta de aire. Quiso decir algo, pero un nuevo beso callo sus labios, por lo que simplemente se entregó a este con renovadas fuerzas. Notó como agarraba su mano y hacía que la apoyase en el pecho ajeno, sintiendo así su corazón desvocado. Al sentirlo, el suyo propio dio un vuelvo y esto se vio reflejado en un timido gemido que se escapo dentro del beso.
Apartó la mano un poco y con total confianza la introdujo debajo de la camiseta de Belphegor, acariciando su pezón derecho con la yema de los dedos para luego pellizcarlo justo en el mismo momento en el que se separaba del beso, esperanzado de oir que clase de reacción le provocaba aquellos gestos.

Sin más, levanto su camiseta y descendio sus labios hasta sus botones rosados, lamiendo y succionando ambos, repartiendo suaves y fuertes mordidas, con caricias y pellizcos con sus manos.

Sus pezones estaban completamente erectos y duros, los gemidos se le escapaban de la garganta, incluso le gustó el pellizco, jadeando como respuesta a este movimiento. Las manos del rubio no se quedaban quietas, acariciaba toda la figura de Viper empezando por la cintura y acabando por los hombros de este. Y al sentir la humedad del músculo del ojiazul en sus tetillas sus gemidos empezaron a ser acompañados por el nombre del que tenia encima.

-Viper... n-no podemos ahora...- le agarró de los hombros, separandolo de su cuerpo, lo miraba fijamente desde abajo. Le costaba decir eso ya que su cuerpo estaba reaccionando de otra manera, su respiración se había acelerado y en cualquier momento su miembro se 'despertaría' y no quería eso, sería vergonzoso... por lo menos ahora prefería controlarse ya que tenían que bajar.-Viper..- suspiró su nombre de nuevo, quería ignorar todo y continuar con eso, pero no podían porque sino alguien subiría a buscarlos y los encontrarían.

Se incorporó un poco y besó al peliazul nuevamente, sin profundizar el beso pero dejando ver que tenía ganas de continuar pero que ahora no podían. Su madre se desmayaría si los viera.-¿Yo a ti también te gusto?- murmuró separándose del beso y acariciando sus labios con los propios al pronunciar la pregunta.

No hizo ningún movimiento brusco cuando el rubio hizo que se separase de él, ciertamente le fastidio un poco, pues le hubiese gustado continuar pues en pocas ocasiones era Viper quien llevaba el mando de la situación, pero ciertamente aquel momento no era el más adecuado pues debían de bajar o alguien subiria a por ellos y eso sería mucho peor.

- Disculpa... - susurró cuando se separó del todo quedando sentado sobre las piernas ajenas pero sin dejar caer todo su peso en él. Al recibir el nuevo beso lo correspondió con gusto. Se sentía un total y completo pervertido por andar haciendo esas cosas, pero es que sus instintos le podía muchas veces y se dejaba llevar demasiadas veces, por suerte nunca había pasado nada malo por dejarse llevar por estos.
Al oir la pregunta que le hizo, sus mejillas se ruborizados notablemente y tuvo que desviar la mirada a otro punto que no fuese el rostro del muchacho. Ciertamente aun estaba confundido y los sentimientos que le estaba provocando era algo complejos, pero la respuesta de su pregunta daba un porcentaje más alto al sí que al no.

- P-posiblemente... - susurró también contra sus labios, acariciandolos también. Tras ello se separó un poco más y volvio a mirarle, pero sin que el sonrojo desapareciese. - Será mejor que vayamos bajando o tu madre sospechara aun más de lo que ya sospecha sobre tu inclinación sexual y nuestra relación de ''amistad'' -

Se levanto de encima de Belphegor y se estiro una vez que piso el suelo.

Fue feliz ante la respuesta del chico.-¿Posiblemente?- se levantó tras de él y se bajó la camisa y se peinó con los dedos, miraba fijamente al peliazul, estaba de muy, muy buen humor ahora.-Me haces feliz.- comentó casi sin pensar, miró el reloj y suspiró, iban dos minutos tarde aunque no pasaba nada. Chasqueó la lengua y agarró del brazo suavemente a Viper y tiró de él hasta sacarlo de la habitación.-Te encantará la cena.- sonrió y empezó a bajar las escaleras con pasos rápidos.

Esquivó un par de asistentas y caminó hacia el comedor, había una mesa alargada, adornada con flores por todos lados y había cuatro platos, para la madre, para Rasiel, Belphegor y Viper. El rubio se sentó al lado de su gemelo no sin antes (como todo un caballero) le ofreció la silla de su lado para que el peliazul se sentara. La madre sonrió y los saludó, parecía contenta y de buen humor, como siempre la verdad.

No tardaron mucho en aparecer tres criados, uno traía dos platos, otro también y el último traía una botella de cristal de agua fría y otra botella de cola, depositaron las cosas correctamente en la mesa. En efecto, había pasta. Hicieron una reverencia y se marcharon con pasos silenciosos.

Rasiel pateó a Belphegor por debajo la mesa y obviamente que respondió al golpe con lo mismo, la madre les regañó y ambos se quedaron quietos.-Bueno Bel ¿Cuando nos vas a decir que eres gay?- el rubio, se quedó de piedra ante la pregunta de su propia madre tan directa.-......Mamá, soy gay.- le sacó la lengua, le gustaba contraatacar con respuestas directas, sobretodo a su familia.

-Ahora...ahora Viper me llamará suegra...- murmuró más para si, ruborizada, sentía que esa palabra le hacía ser vieja. Rasiel se rió dio de nuevo otra patada a Belphegor, pero este la ignoró, empezó a comer queriendo que el tema se acabara ya.

Con el gesto que le hizo el rubio, bajo junto a él hacía el salón donde cenarian, caminaba a su lado mirando curioso todo aquello que estaba a su alrededor, ahora podría fijarse bien en los lujosos detalles que la casa tenía en todo su alrededor. Realmente le sorprendia.
Al llegar al salón donde cenarian, Belphegor le ofreció la silla junto a él de forma caballerosa, lo que provocó que el peliazul sonriese divertido ante aquel detalle y tomó asiento, sin dejar de mirar todo los detalles de la mesa. Cuando vio llegar a los mayordomos no les quitó el ojo de encima hasta que dejaron su planto frente a él. Realmente olía delicioso y el aspecto que este tenía invitaba sin duda a comerlo rápidamente.
La sonrisa no se borraba del rostro del peliazul, era todo tan ... lujoso, que le hacía sonreir idiotamente.

Alzó la cabeza y la vista hasta la madre de Belphegor cuando esta habló, al decirle aquello se quedó bastante sorprendido ¿Cómo esa señora podía ser tan directa con su hijo? Y lo peor es que el rubio le había contestado con la misma rápidez, ni si quiera se lo había pensando ni nada.
Era todo demasiado incómodo, sobretodo cuando escucho como la madre de Belphegor decia aquella frase. La sonrisa se borró del rostro del peliazul y sintió ese malestar tipico que se siente cuando se esta incómodo en una situación.
Al ver como el rubio comenzaba a comer, este le imitó aunque en aquellos momentos su estómago estaba completamente cerrado. Hizo una pequeña mueca al tragar, pues a pesar de que la comida estaba deliciosa, no podia.

Tras comer un poco, dejo el tenedor a un lado con cuidado de no hacer mucho ruido y agacho un poco la cabeza, mientras se acariciaba un poco la tripa, a causa de haberse obligado a comer con aquel sentimiento de incómodidad ahora le dolia el doble. Entonces se levanto.
-Disculpadme, pero no me encuentro muy bueno... - murmuró sin mirar a ninguno de los presentes. - ...la comida estaba exquisita. - y tras eso se marchó hacia la habitación de Bel, donde al llegar se tumbó en la cama bocarriba, sin quitarse la mano de la tripa

-Se marchó por culpa tuya.- señaló con el tenedor a su madre al ver como el peliazul se marchaba, el rubio si tenía hambre así que se comió todo el plato en un santiamén e ir a tranquilizar el rubio. No le extrañaba que se hubiera ido, a veces su propia madre ponía de los nervios a los mismos gemelos y a los criados por sus palabras tan directas que increíblemente estaban llenas de inocencia y de buen sentido, pero se podían malinterpretar. Tras terminar, dejó el plato allí y sin despedirse de nadie empezó a caminar hasta su cuarto.

Se encontró a su mayordomo de camino, y le pidió un batido de fresas y que lo llevara a su habitación... estaba seguro que le pondría de mejor humor al otro, sonrió continuó caminando, subiendo las escaleras con pasos suaves. Al llegar a su cuarto picó un par de veces, suponía que estaba allí ya que si iba hacia otra dirección seguramente se perdería de lo grande que era esa mansión.-¿Viper?- preguntó abriendo la puerta, como ya suponía estaba allí. Cerró la puerta tras de él y se tumbó a su lado.

-Disculpa a mi madre... es muy..muy..eso.- no sabía como describirla, simplemente única.-Somos una familia extraña.- suspiró, apoyó una mano en la cabeza del peliazul y empezó a acariciar sus cabellos, queriendo calmarle. Se suponía que en su casa no todo era así, la verdad es que una madre normal no diría eso a su hijo en una mesa con un amigo, pero en fin, ni su madre, ni su gemelo ni él eran normales.-Si luego tienes hambre seguro que te pueden hacer más cosas..~ no paran de trabajar hasta tarde.- murmuraba distraído con un mechón de su cabello.

En el tiempo en el que había estado alli solo el malestar que sentía en su vientre provocado por la incomodidad de la situación vivida, iba desapareciendo. Se sentía más aliviado, pero es que aquella situación le había pillado por sorpresa, no estaba acostumbrado a situaciones tan tensas y en las que él también estaba involucrado.
Cuando Belphegor llego, el peliazul le siguio con la mirada hasta que se tumbo a su lado, pero no cambio de la posición en la que se encontraba, simplemente volteó la cabeza parar mirarle.

- No tienes de que disculparte, es solo que no estoy acostumbrado a esa clase de situaciones. - murmuró volviendo a mirar al techo.
Disfrutaba de las caricias en el pelo que le estaba prorporcionando, era relajante la forma en la que estaba tocando su pelo, es por ello que cerró los ojos, para que el disfrute fuese mayor.
Suspiró levemente notablemente más tranquilo después de todo aquello.

- Entonces ¿Eres oficialmente homosexual después de haber dicho que no te interesaban los hombres? o ¿Simplemente fue para fastidiar a tu madre? - preguntó, no queriendo molestarle ni nada de eso, simplemente le pico la curiosidad.

Se acomodó tranquilamente, acercándose al mayor y apoyando la cabeza en su hombro, con confianza.-Soy hetero... me ponían las chicas.- le respondía algo distraído y adormecido.-No entraba en mis planes del futuro colarme de un chico.- bufó, besandole el cuello suavemente y cariñosamente, dando a entender que de verdad le quería.-Kiara me había pedido para salir, e incluso me lié con ella el día que te salvé.- hablaba algo desinteresado como si estuviera hablando sobre algo que pasó hace meses cuando paso hace tres días.

¿Por qué esa sensación por todo el cuerpo no desaparecía? ... había escuchado descripciones parecidas a lo que estaba sintiendo dentro ¿Amor? no podía ser, no podía enamorarse de un compañero de clase que apenas conocía profundamente. Pero le resultaba tan misterioso que se estaba volviendo una adicción querer conocerle.-Me gustas, Viper.- susurró abrazándose a él cariñosamente y dándole un nuevo beso en el cuello.

Volvió a entrar el mayordomo, pero ni siquiera se movió Belphegor, le daba igual que ese hombre lo viera ya que le había pillado haciendo cosas peores (veáse masturbandose, viendo porno, etcétera), el sirviente dejó el batido con fresa en la mesita de noche y tras despedirse cerró la puerta.-Pensé que te pondría de buen humor eso, y lo pedí cuando me vine aquí.- y depositó el último beso en la piel de Viper y se separó para que se pudiera levantar y beber de eso.-Te acabarás cansando de tu propio batido favorito.- le sacó la lengua, divertido. Le ponía de buen humor estar junto al peliazul, de un extraño buen humor.

Le escuchaba hablar pero no decía nada al respecto, tampoco hacía nada cuando este le abrazó y besaba su cuello, pues fue una sensanción bastante agradable, por lo que no quería separarse.
- Entonces soy un suceso inesperado en tu vida... - dijo después de que el mayordomo dejase el batido en la mesita y el rubio se incorpora para dejarle espacio.
Se incorporó pero no cogio el batido, simplemente lo miró unos segundos y luego miró de nuevo a su 'amigo' sonriendole levemente. Sin mediar palabra alguna le abrazó, pasando sus brazos en torno a su cintura y apoyando la cabeza en el pecho ajeno. Un abrazo tierno pero estrecho, tenía ganas de hacer algo como eso, un abrazo de ese tipo.

Se mantuvo así durante unos minutos, entonces se separó un poco mirandole fijamente a los ojos.
- ¿Estas seguro de que te gusto por ser chico o por mi gran parecido con una chica?... - preguntó curioso, pues no era la primera vez que le pasaba que se habían acercado a él pensando que era una mujer y luego se llevaron la sorpresa. - Aunque tampoco me molestaría si fuese por eso. - Y volvio a abrazarle, apoyando la cabeza en el mismo sitio.

El rubor invadió sus mejillas cuando notó el abrazo, pero en seguida le correspondió dibujando una sonrisa en su cara.-Sé que me gustas, y sé que eres un chico, me gusta tu cuerpo, me atrae tu personalidad, punto.- le besó en la coronilla, tiernamente. Esperaba que con esas palabras hubiera dejado todo claro, no quería estar con él por que tuviera rostro de chica aunque antes intentaba excusar sus dudas con eso.

Abrazaba al otro con un brazo, mientras que con la otra mano acariciaba de nuevo la figura del chico empezando por la cintura, mantenía los ojos cerrados pero tenía en mente el cuerpo del peliazul, exhaló un suspiró y apoyó los labios en la cabeza de este, sin separarlos y ahora arrimaba aún más a Viper.-Quizás me estoy enamorando de ti.- murmuró suavemente. La sonrisa de la cara del rubio no desaparecía, seguía allí, como si nadie en la faz de la tierra aparte de aquel que tenía entre sus brazos pudiera quitarsela.

Se acordó de los otros planes que tenía para este fin de semana, supuestamente había quedado con Kiara, esta última había invitado al rubio a cenar y a quedarse a dormir ya que sus padres se iban el fin de semana al balneario, obviamente que Bel había entendido la indirecta pero no le respondió ni con un sí ni con un no. Simplemente le había dicho que quizás iba, pero como no le había dicho nada pues se el plan estaba cancelado obviamente. Reía internamente, había dejado a la pelinegra con ganas, muchas ganas. Pero a él no le apetecía perder la virginidad con una vulgar mujer que solo le quería para follar.

Cuando escuchó la frase 'Quizás me estoy enamorando de ti', se separó bruscamente con las mejillas completamente rojas. ¿Qué demonios estaba diciendo ese chico? No podía estar enamorandose de él tan rápidamente. Le miró de reojo aun con expresión de susto y algo molestó y miró a otro lado.
- No te puedes estar enamorado de alguien como yo, porque no me conoces... - dijo sin mirarle, clavando su azulada mirada en el colchón.

No estaba acostumbrado a que alguien le dijese que se estaba enamorando de él, no lo estaba y además esa clase de comentarios no le agradaban. No le gustaba saber que estaba enamorando a alguien, porque él se juro que nunca correspondería el amor de nadie. Salio con varias personas, pero nunca llego a enamorarse de ellas ni de ellos, simplemente se atraian y se llevaban bien, suficiente para mantener una relación más allá que de amigos.

- Yo... no podría corresponderte si me llegases a amar - terminó por decir, cambiando su expresión de molestía a una algo triste y melancolica.

-He dicho que quizás..~ te estoy conociendo ahora.- estiró los brazos por encima de su cabeza, apoyándolos sobre la almohada y miró al peliazul.-Según tengo dicho es algo que no puedes pedir que venga o que se vaya, ya pasará lo que tenga que pasar.- sonaba maduro y extraño que esas palabras saliesen de la boca del rubio, cuando solía decir bastantes cosas infantiles e incluso que no parecía de alguien de su edad.-Disculpa por asustarte.- de cierta manera, las últimas palabras del ajeno le habían dolido, pero decidió ignorarlas.

Se incorporó lentamente quedando sentado encima de la cama, con los pies en el suelo, y a continuación se quitó la camiseta de rayas, quedándose en la camisa de tirantes negra ajustada y se quitó los pantalones y las botas, quedando en boxers negros que le llegaban por encima de la rodilla y tras arrojarla a cualquier sitio se volvió a tumbar.-Odio el calor.- resopló agobiado y estiró de nuevo los brazos, quedando en la postura de antes.

Miraba a Viper detrás del flequillo que le tapaba la cara, y para demostrarle que estaba cogiendo confianza con él, con ambas manos y abriéndose el flequillo, dejando ver su siempre oculto rostro. Se sonrojó automáticamente al retirar las manos de su cara y desvió la mirada del peliazul, pero no se puso el flequillo de nuevo.-A parte de mi familia eres el único que ha visto mi cara, y bueno, de la enfermera, no cuenta.- rió levemente al recordar el momento en la enfermería, había odiado realmente que la enfermera hiciese eso.

Le miró atento cuando este se desvistió, ciertamente el peliazul tenia un poco de calor, pero por el momento estaba bien como estaba, solo se desprendió de los pesados zapatos que llevaba y se tumbo de nuevo junto al rubio una vez que este hizo lo mismo. Quedó de lado, observandole atento, estaba más tranquilo desde que le había dejado claro que aun no estaba enamorado de él, ciertamente se había puesto altamente nervioso por esas palabras; es que él odiaba el amor de ese modo.
Al ver como se apartaba el flequillo y dejaba su rostro libre para poder verlo por completo se sorprendio bastante, pues Belphegor era bastante apuesto, con ese rostro ciertamente afilado pero sin dejar de ser suave y en cierto modo afeminado, pero no tanto como el del Viper que rozaba casi el de las chicas.

- Me siento afortunado entonces... - murmuró y apoyó su mano en la mejilla de este acariciandola suavemente, luego pasó las yemas de sus dedos por su frente y delineo todas sus facciones, como si quisiese memorizarlas mediante el tacto. - Ciertamente eres bastante guapo ¿Por qué ocultas tu rostro entonces? - preguntó volviendo a dejar su mano quieta en el cuello de este, acariciando con el pulgar su mejilla de forma cariñosa.
Sus cuerpo tumbados volvian a estar bastante cerca, pero teniendo espacio suficiente entre ambos para no perder los espacios personales de cada uno.
Se encontaba bastante cómodo junto al rubio, algo bastante extraño, pues hasta hacía apenas tres días nisiquiera se fijaba en él y ahora se encontraba allí en su habitación, tumbado junto a él, después de haberse besado en un par de ocasiones.

Se dejó acariciar, sus mejillas primero se ruborizaron ante el acto pues se sentía agradable y nadie lo hacía sentir así.-¿Sabes lo que se dice que a los de la realeza no se les pueden mirar a los ojos? creo que nadie tiene el derecho de mirarme y de ver mi rostro, pues son inferiores.- ese, ese era su exagerado y cruel egocentrismo. Rodeó al peliazul por la cintura y lo acercó a él cariñosamente, abrazándolo con fuerza y cierto aire posesivo.-¿Vas a dormir aquí conmigo?- sonrió mirándole con los ojos entrecerrados.

Suspiró y volvió a acercarlo a su cuerpo, le gustaba esa calidez que emanaba el cuerpo ajeno.-¿Quieres hacer algo en especial?- preguntaba acariciando una de las orejas de Viper entretenido, delineando la forma con suavidad. Besó la frente del ojiazul con ternura y apoyó después su propia frente en la del otro. Aquel cosquilleo que no dejaba de sentir en el estómago le hacía estar un algo nervioso, no le dejaba en paz y le fastidiaba. Mordió su labio inferior, quería preguntarle al otro... pero no sabía si eso le haría parecer un estúpido.

-Viper... ¿no tienes la sensación de tener cosquillas en el estómago?- murmuró sonrojado y apretujando al chico con fuerza, como si temiera que se fuera a levantar en cualquier momento e irse de su habitación. Ni Bel entendía sus propios gestos, hacía lo que sentía en el momento.-¿Y sabes? tengo ganas de ir a Tokyo contigo, para el concierto.- le robó un beso fugaz y se le quedó mirando fijamente con sus grandes orbes.

No le sorprendió que se autoproclamase rey indirectamente, el rubio tenía un egocentrismo de tal envergadura que hasta sin conocerse ambos, el peliazul ya era conocedor de la existencia de dicho.
Apartó las manos del rostro ajeno y las posó sobre la cama de forma cómoda, dejándose arrastrar por un nuevo abrazo bastante estrechó y que los dejaba a ambos demasiado pegados.
No es que a Viper le importase mucho, pero en cierto modo le estaba comenzando a molestar la actitud que estaba enfilando el rubio. Nunca decía que no a unos mimos por parte de alguien que era guapo, pero su comportamiento y lo que decía y hacía no tenia mucho que ver con lo que anteriormente le afirmo.
‘Para no estar enamorado de mi, bien que actual como tal’, pensaba mientras simplemente se dejaba abrazar y le escuchaba atento, esperando a ver que nueva cosa extraña le preguntaba.

Porque para Viper, Belphegor era un tipo raro hasta la médula. Frunció un poco el ceño al oírle preguntar aquella cosa; ¿Cosquillas en el estómago? Claro que no.

- No, no siento eso. ¿Tú sí? – preguntó mirándole directamente a los ojos, pero este cambio te tema repentinamente. De nuevo hablaba de ir al concierto. Quería ir, pero estaba más que seguro que no podría permitírselo, y no le gustaba que le pagasen todo, mucho era que le había ‘’regalado’’ las entradas.

Se sintió algo abochornado al ver que le preguntaba lo mismo y también dolido por la negación.-Mh..- no quería responder, para nada. No deseaba verse tan desesperado por el peliazul.-No, por supuesto que no.- contestaba soltando al otro con lentitud y separándose sin dejar de mirarle. Empezó a sentirse algo incómodo e interiormente empezaba a preguntarse si estaba haciendo lo correcto... ¿Nuevamente estaba comportándose erróneamente como cuando le soltó que se estaba enamorando de él?

Suspiró levemente sin saber que hacer ahora.-¿Te apetece hacer algo?- se quedó pensando durante unos segundos que podría hacer para entretener al otro, la mansión era lo bastante grande para que pudieran pasear durante unos largos minutos sin aburrirse, podían ir a los jardines, o a una piscina no muy grande que tenían ahora cubierta. O simplemente podían ver una película. Rodó los ojos, aún no tenía claro cuales eran los gustos de su compañero de clase, quería saberlos por supuesto pero tampoco era cuestión de presionarlo. Sería uno de los fines de semana más extraños que pasaría en toda su vida y más nerviosos.

Veía tan extraña la escena, siempre había estado en un mundo diferente al que estaba Viper en clase, no tenían cosas en común aparte de que eran de Italia y ambos eran completamente distintos, era consciente de eso, y que ahora estaban en su propia cama, tan cerca de él... ¿Que demonios tenía ese chico que le llegaba a atraer tanto? ¿Quizás que era diferente a todos? no tenía ni idea pero cada vez se sentía peor por saber que seguro que el peliazul no le correspondería nunca o por lo menos no llegaría a sentir lo que el rubio estaba empezando a sentir poco a poco. Chasqueó la lengua molesto por sus propios pensamientos y sentimientos y se incorporó, quedando sentado en la cama y llevándose las manos al flequillo, ocultándose de nuevo el rostro y girando un poco la cabeza, mirándole desde arriba.